El Espanyol B es, a poco más de una semana de comenzar su competición liguera, un puzzle incompleto. El equipo, que poco a poco va dando salida a los jugadores con los que no cuenta, todavía no ha realizado ningún fichaje, algo muy extraño a estas alturas del mercado y, sobre todo, teniendo en cuenta que tiene posiciones cojas, muy cojas: el lateral derecho y los extremos.
De cara al flanco derecho de la zaga, con Omar El Hilali en el primer equipo, Manolo González solo tiene disponible para el lateral diestro a Pau Casadesús, jugador que cumple su segundo y último curso de préstamo por el FC Andorra. Muestra de la falta de futbolistas para dicha posición es que, en el último amistoso ante el CE L’Hospitalet tuvo que actuar en el lateral derecho el juvenil José Ángel López.
Mientras, para los extremos solo están Antoniu Roca y Kenneth Soler, pudiendo actuar en las bandas Armand Vallés y David Pecellín, jugadores que se desenvuelven con mayor soltura en la mediapunta y en la punta de ataque. Estos dos últimos pueden jugar ahí en caso de necesidad, pero para nada tienen las características de extremo puro que tienen los dos primeros: velocidad, desborde en el uno contra uno y facilidad para llegar a la línea de fondo.
El resto de plazas están cubiertas, aunque algunas con juveniles o a la espera del regreso de futbolistas lesionados. Rafa Bauza y Sergio Rivarés, pese a pertenecer al Juvenil A de Javi Chica, formarán parte de la plantilla del Espanyol B este curso y, a la espera de la recuperación definitiva de Alejandro Pérez, también estará con el filial el central Xavi Rufo.