Pareja de centrales en toda la etapa juvenil y en el Espanyol B, Víctor Ruiz y Guillem Savall eran inseparables. Además de posición, compartían habitación, agencia de representación e incluso acudían juntos a las convocatorias de las categorías inferiores de la selección española. Pero como ha pasado en muchas ocasiones, las lesiones se cruzaron en el camino del que no ha llegado a la élite.
Ahora que Víctor Ruiz ha regresado al Espanyol más de 12 años después de su marcha al SSC Napoli, en ‘El 1900’ hemos hablado con Guillem Savall sobre la vuelta del de Esplugues. «Está muy contento. Él es una persona fría y le gusta pasar desapercibido, pero puedo aseguraros que está feliz de volver a estar en su casa con los suyos», declaró un Savall que dejó la práctica del fútbol en 2019.
Lo hizo tras una carrera marcada por las lesiones en la que tuvo varios momentos álgidos: en su etapa como juvenil estuvo a punto de marcharse al Chelsea FC y en 2009 estuvo en la pretemporada de Peralada a las órdenes de Mauricio Pochettino, precisamente junto a Víctor Ruiz. «Me rompí el menisco al segundo entrenamiento» y tuvo que regresar a Barcelona. Quizás por ello, en diciembre el que tuvo la oportunidad con el primer equipo fue su compañero en el centro de la defensa.
«Él se lo ganó. En su primer partido estuve en la grada y, si bien es cierto que el Espanyol perdió 0-4 contra el Racing de Santander, no hizo un mal partido y no tuvo culpa en los goles», explicó un Savall que también fue a verlo cuando jugaba en el SSC Napoli.
A Savall durante toda su carrera persiguieron los problemas de hombro y vivió la cara más amarga del fútbol en el CP Cacereño, donde tuvo problemas de impagos. Real Betis B, Villarreal B, UE Olot, el citado CP Cacereño, CE L’Hospitalet y Terrassa CF fueron el resto de equipos en los que estuvo. «Estoy muy contento y agradecido de la carrera que he tenido», explicó.
Mientras Víctor Ruiz vuelve a casa para reforzar la frágil defensa del Espanyol, Guillem Savall regenta un bar-restaurante llamado ‘Groc’ en el Passeig Marítim de Badalona. «Siempre hemos tenido una gran amistad, pero llevaba mucho tiempo fuera. Vino a verme y hemos retomado la relación. Hacemos piña con muchos de los representados de Magic Players: Méndez Canario, Oriol Romeu, nos llevamos muy bien con Enric Gallego…», dijo un Savall que tras colgar las botas probó a trabajar con Mágico Díaz haciendo labores de ‘scout’. «Vi que no era lo mío y me puso a trabajar en hostelería. Tras unos años como camarero, me animé a abrir mi propio negocio y estoy encantado».
Y es que en ocasiones la vida no te lleva por los caminos que tenías planeados, pero Guillem Savall es feliz con lo que hace. A pesar de que apuntaba maneras, diversas circunstancias le han llevado a una situación que no esperaba, pero que le hace muy feliz. Misma sensación que Víctor Ruiz al regresar a su casa. Aunque no lo parezca. «Le falta un poco de salsa, pero él es así». Palabra de alguien que lo conoce muy bien.