Bernardino Serrano, conocido como Mino (29 de enero de 1963, Asturias) es uno de los futbolistas que a lo largo de la historia vistieron las camisetas del Espanyol y el Sporting de Gijón. Natural de Antromero y criado en Mareo, jugó cuatro años en Sarrià, tiempo suficiente para que el Espanyol se hiciera un hueco en su corazón. Titular indiscutible en el eje de la zaga blanquiazul, recuerda cómo ha cambiado el fútbol desde su retirada en 1997 y lo complicada que es la Segunda división, categoría en la que jugó con el Espanyol de José Antonio Camacho.
-¿Cómo va la vida, Mino?
Bien, sigo con mis asuntos inmobiliarios. En estos momentos no estoy en ningún tema futbolístico. Estuve unos años comentando partidos y entrenando, pero no me quería ir de Gijón. Cuando regresé después de 12 años quería ver crecer a mis hijos en casa. Entrené un poco, aunque más por hobby. Me ofrecieron alguna cosa, pero no era el momento de irme fuera. Ahora vuelvo a ir a la radio y me apetece un poco volver a entrenar. Sinceramente, veo el futbol con más tranquilidad. Y casi siempre desde casa. Tengo el carné de socio del Sporting, pero no voy mucho al campo.
-En el Sporting y Espanyol fuiste feliz. ¿Tendrás sentimientos encontrados?
La verdad es que sí. Soy de Gijón, pero en el Espanyol fui muy feliz y me identifiqué mucho con lo que representa el club, con su forma de vivir el fútbol y de acoger a los que llegamos de fuera. Siempre he dicho que cuando se enfrentan dos equipos en los que he estado, prefiero que gane el que más lo necesita. El año pasado quería que ganara siempre el Espanyol, fuera contra quien fuera, ya que se estaba jugando la salvación. Este partido lo veré con tranquilidad, ya que pase lo que pase, no será definitivo para ninguno de los dos.
* El resto de la extensa entrevista la podrás leer en nuestra edición de papel de este sábado 28 de octubre