Seis meses después del último derbi, entre el RCD Espanyol y el FC Barcelona, se ha procedido a detener a aficionados, un total de seis de entre 23 y 46 años. El pasado 14 de mayo, ambos equipos se enfrentaron en el Stage Front Stadium y los culés ganaron LaLiga. Al final del partido hubo una invasión campo, por parte de un centenar de ultras del conjunto blanquiazul, en modo de protesta y ningún futbolista llegó a tener contacto con dichos individuos. Este hecho produjo unos daños en el estadio perico por un valor de 32.110,74 euros y como castigo solo se jugó sin público un partido.
De momento, los Mossos d’Esquadra han detenido a seis personas y no descartan que sean más en las próximas horas. Según el comunicado policial, las detenciones se han realizado en Sant Boi de Llobregat (2), en Sant Joan Despí (1), en Lliçà de Vall (1), Barcelona (1) y Sant Cugat del Vallès (1). Los investigadores han desvelado que desde la grada de animación se «inició e incitó» al resto de aficionados a invadir el campo y así «producir intencionadamente» daños en el estadio.
Además, se comunica que «las personas detenidas no tienen antecedentes por delitos relacionados con la violencia en el mundo del deporte, y tampoco son miembros de grupos ultras de animación». Además, la notificación explica que «en relación con esta misma invasión de campo, en cuanto a otras personas que no tuvieron conductas delictivas, los Mossos d’Escuadra han iniciado unos 50 procedimientos administrativas por infracciones a la Ley 19/2007, del 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte».