Hay una canción de Melendi que dice ‘porque Asturias es mi patria’. José Gragera (14 de mayo de 2000, Gijón) empieza a tener una nueva patria. El centrocampista gijonés, que en enero cumplirá un año en el Espanyol, desde el primer día se ha sentido como en casa. Desde su fichaje se ha sentido muy cómodo gracias a la gran acogida que tuvo en el vestuario y en el club. Se ha encontrado un Espanyol familiar, como a él le gusta ser y como es su Sporting. Por eso, pese al descenso, nunca tuvo dudas. Quiere seguir peleando por su sueño de jugar en Primera, ya que el año pasado no pudo disfrutarlo como esperaba. Y espera poderlo hacer defendiendo la blanquiazul. Se siente en deuda con la afición y quiere aportar para devolver al club a la categoría que le corresponde. Luchando con pundonor, como Don Pelayo, se ha hecho un hueco en el once espanyolista.
-¿Cómo está el vestuario después de conseguir un punto de los últimos seis disputados?
Nos fuimos fastidiados al acabar el partido contra el Zaragoza. Tras ponernos por delante en el marcador, confiábamos en ganar los tres puntos ante nuestra afición. Las circunstancias del partido fueron las que fueron y con la expulsión tuvimos que trabajar mucho tiempo con uno menos ante un gran rival. Creo que el empate fue lo más justo, ya que ellos tuvieron ocasiones para ganar cuando se quedaron con uno más. Hay que darle valor a ese punto y seguir.
-El futuro empezaba a verse con más optimismo, pero los dos últimos partidos lo han vuelto a cambiar todo. ¿Esto es la demostración de que no será fácil?
Está claro. La Segunda división es muy complicada. Tenemos que ser conscientes todos e ir juntos a una. No va a ser fácil y como dice el lema del club, tenemos que remar todos en la misma dirección.
-¿Qué le está faltando al equipo?
Más que faltar, lo que no nos podemos olvidar es que la Segunda es muy complicada. No por ser el Espanyol, con su historia, escudo, estadio, grandísima afición… vamos a subir con la gorra. Nosotros hemos de subir por ser un equipo que lucha, trabaja… y que disfruta jugando al fútbol. Solo así conseguiremos los resultados. Lo demás es pura imagen.
-¿Habías visto alguna temporada con esta igualdad en la parte alta de la clasificación?
Todos los años hay cuatro o cinco equipos que están luchando por estar arriba del todo. Y este año no es distinto. Es muy pronto para saber cómo acabará el campeonato; si se necesitarán 65 puntos o 80 para subir directo. Recuerdo que la última vez que el Espanyol estuvo en Segunda división, que yo jugué contra él con el Sporting, fue una liga muy sufrida y competida. Había muchos equipos potentes como Almería, Rayo, Mallorca, el mismo Espanyol…
-Al Espanyol solo le vale ascender. ¿Esto os genera una presión añadida?
Está claro que tenemos presión. Convivimos con ella porque tenemos la responsabilidad de devolver al equipo a Primera división, que es la categoría en la que tiene que estar el Espanyol por historia. En el vestuario hay que tener esa presión interna. Tenemos la obligación de subir y somos el rival a batir. La presión convive con el futbolista. Si no eres capaz de soportarla o no tienes la ambición de querer subir y lograr objetivos importantes, quizás, nos has de estar jugando al máximo nivel.
*El resto de la entrevista la podrás leer en nuestra edición de papel de este sábado 16 de diciembre. Te esperamos en los quioscos.