Ha conseguido Manolo González uno de los debes del Espanyol de esta campaña: cerrar la portería. Ha seguido confiando en Joan Garcia bajo palos y ha fortalecido el sistema defensivo; desde su llegada al banquillo del primer equipo, el cuadro blanquiazul solo ha encajado dos goles, ante CD Tenerife y Albacete Balompié.
Contra el CD Leganés llegó el tercer encuentro con el nuevo míster en el banquillo en el que se deja la portería a cero, y todos ellos tienen algo en común: que han sido a domicilio. El primero, en La Romareda ante el Real Zaragoza en un encuentro en el que el Espanyol supo sufrir en la segunda mitad; depsués, en El Plantío frente al Burgos CF en un partido en el que Joan Garcia estuvo soberbio; y esta pasada jornada, en Butarque contra el CD Leganés.
Para encontrar algo similar hay que remontarse a las tres últimas jornadas lejos de casa de la campaña 2017-18, temporada en la que precisamente el entrenador del Espanyol B también cogió las riendas del primer equipo: David Gallego ascendió tras la destitución de Quique Sánchez Flores. En esos tres últimos duelos ligueros a domicilio, el Espanyol venció a Girona FC (0-2), Atlético de Madrid (0-2) y Athletic Club (0-1).