Javi Márquez (Badalona, 1986) lleva el fútbol en las venas. Se formó en la cantera del Espanyol, donde llegó con 11 años, y a los 23 debutó en Primera división con la blanquiazul. Tras más de diez años de profesional, en los que pasó por Mallorca, Elche, Granada y New York Cosmos, sus últimos años los jugó en el Nàstic de Tarragona. Colgó las botas en 2020, pero nunca se desvinculó del fútbol. Pronto empezó a trabajar como comentarista de LaLiga Hypermotion y de Pericos Marca, colaboraciones que compagina con el cargo de director deportivo del Badalona. En la previa del partido ante el conjunto ilicitano, Javi Márquez ha atendido a ‘El 1900’ para hablar sobre cómo ve el partido. Y hemos aprovechado la oportunidad para charlar del Espanyol y repasar su trayectoria deportiva, sobre todo, esa salida del club que le hubiera gustado que fuera de otra manera, ya que nos deja muy claro que él se veía “diez años más jugando en el Espanyol”.
-De futbolista profesional a comentarista de los partidos de LaLiga, colaborar en Pericos Marca y director deportivo del Badalona. No hay duda de que el fútbol es tu vida…
Sí, está claro, pero el ser futbolista solo dura un tiempo. Ojalá fuera para siempre. En mis últimos años ya pensé qué quería hacer cuando colgara las botas y me empecé a formar. Cuando te retiras ya es tarde para formarte. Creo que lo has de pensar antes y yo siempre tuve claro que quería algo que me permitiera seguir vinculado al fútbol y, afortunadamente, lo que hago me motiva y me siento realizado. Estoy disfrutando y muy contento con lo que estoy haciendo.
-El Espanyol lo ha sido todo para Javi Márquez, pero ¿que significó el Elche?
Como bien dices, el Espanyol lo ha sido todo para mí. Entré siendo un niño y me fui con 25 años. Tras un año en Mallorca, el Elche me dio la oportunidad de jugar en Primera división y me trataron fenomenal. Cuando voy me muestran su cariño. Con estos gestos, independientemente del recuerdo que dejé como jugador, queda claro que fui un futbolista honrado y esto está por encima de todo. Es de agradecer que me vean como un jugador que siempre miró por el equipo y el club. Viví un año muy bonito en el que nos salvamos con tranquilidad, y eso que el Elche llevaba años sin jugar en Primera. Les tengo mucho cariño. Hubo una gran comunión con la afición y cada partido estaba el Martínez Valero lleno.
-¿A los dos equipos solo les vale ganar este sábado?
Sí, los dos necesitan los tres puntos. El Espanyol para meterse en ascenso directo y el Elche para atraparle. Creo que el Elche será protagonista con balón, intentando proponer ante un Espanyol que buscará robarlo para salir al ataque y aprovechar los espacios que suelen dejar. El Elche se expone mucho, intenta jugar, genera ocasiones… Creo que veremos un partido bonito y muy abierto.
¿Ves al Espanyol logrando el ascenso?
Eso lo dirá el tiempo. Entramos en el tramo más importante, más emocionante… y el Espanyol logrará el ascenso si está mentalmente fuerte y cree en sí mismo, más allá del modelo de juego, situación… Al fútbol no solo se juega con los pies. Si tienes buen pie mucho mejor, pero se juega con la cabeza. Y los estados mentales y emocionales son claves. Este aspecto será más determinante que nunca.
-Tú cumpliste el sueño que tenías de niño que era jugar en el Espanyol, pero ¿te quedó alguna meta por cumplir?
Sí, uno que estuve muy cerca de conseguir, que era el de jugar en la selección española siendo jugador del Espanyol. Fue un palo duro porque casi lo toqué. Se me llegó a comunicar la posibilidad de que podía ir, ya que estaba en la prelista. Me dijeron que lo estaba haciendo muy bien y tenía que seguir en esa línea. Pero todo se torció ante el Sevilla. Íbamos ganando 2-0, cuando en un infortunio con Iván Alonso me rompí el peroné. Fue un jarro de agua fría muy grande. Si de pequeño me hubieran preguntado si creía que tendría la carrera que he tenido, seguramente hubiera dicho que no. Es un privilegio haber podido jugar tanto tiempo en Primera.
-¿Si tuvieras que cambiar una sola cosa de tu carrera sería tu salida del Espanyol?
Está claro que hubiera elegido otra manera. Me dio pena cómo me tuve que ir. La gente no sabe lo que sucedió. No soy rencoroso, pero es evidente que un jugador que llevaba tanto tiempo en el club y se sentía importante en el equipo y querido por todos, lo que deseaba era continuar. Quería seguir y no se me valoró. Mi deseo era renovar por el Espanyol y me veía diez años más allí. No pudo ser.
-¿Ves al Espanyol logrando el ascenso?
Eso lo dirá el tiempo. Entramos en el tramo más importante, más emocionante… y el Espanyol logrará el ascenso si está mentalmente fuerte y cree en sí mismo, más allá del modelo de juego, situación… Al fútbol no solo se juega con los pies. Si tienes buen pie mucho mejor, pero se juega con la cabeza. Y los estados mentales y emocionales son claves. Este aspecto será más determinante que nunca.
*El resto de la entrevista a Javi Márquez la podréis leer en nuestra edición de papel de este sábado 27 de abril.