El Espanyol apura sus últimas opciones de lograr el ascenso directo ante un Real Valladolid CF que tiene una buena oportunidad para acabar la jornada con un pie y medio en Primera división. Los de Pezzolano hace unas semanas parecían fuera de la ecuación para las dos primeras posiciones, pero sus cinco victorias consecutivas le han dejado como uno de los claros candidatos. Por su parte, el Espanyol, al que todos daban como claro favorito al principio de curso, llega al partido más lejos que nunca de la segunda posición. Pese a encadenar 12 jornadas sin perder, el haber logrado solo cuatro triunfos en esta racha ha penalizado mucho. Y ha dejado muchas dudas en el entorno. La lucha por las dos primeras plazas está muy abierta y si el Espanyol quiere seguir aspirando a ellas necesita ganar los cuatro partidos que le quedan. El fútbol son resultados, aunque esto podría no ser suficiente, ya que habría que esperar los marcadores de Real Valladolid CF y CD Leganés. Están sin margen de error, pero al conjunto vallisoletano ya le han ganado dos veces esta temporada.
Incierto desenlace final
Hablar de últimas balas en el fútbol, quizás, es absurdo. Y más en una LaLiga Hypermotion en la que prácticamente todos están fallando. Nadie sabe cual puede ser el desenlace de la temporada y nadie se atreve a decir cómo se resolverán cada uno de los frentes que aún están por definir. Sin embargo, en el caso del Espanyol, el fútbol no deja de darle reválidas, pero su última bala, en un gran porcentaje de probabilidad tiene fecha de caducidad. Y esta no es otra que este sábado (José Zorrilla, 18.30h). Los de Manolo González afrontan una auténtica final en Valladolid, donde la obligación de ganar es total. Sumar los tres puntos significaría encarar los últimos tres partidos con la esperanza de alcanzar el objetivo, mientras que no hacerlo confirmaría el fracaso y tocaría centrarse en la promoción.
Ante la complicada situación clasificatoria, al Espanyol solo le vale salir a por la victoria. Tiene que entrar bien en el partido para conseguir dar un golpe sobre la mesa y volver a ganar. Y creer. Y para buscar los tres puntos habrá que ir a por el partido desde el primer minuto, como sucedió en Elche.
Cambio en el lateral
El Espanyol no podrá contar con uno de sus jugadores más importantes en las últimas jornadas. Omar El Hilali no estará ante el Real Valladolid CF al tener que cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas. La ausencia del canterano, en principio, la cubrirá Óscar Gil, quien no juega desde el debut liguero de Manolo González en Zaragoza. El ilicitano, que ha visto como el de L’Hospitalet de Llobregat le ha ganado la partida, solo ha sido titular en siete jornadas. Esta será la única novedad en una defensa que ha mejorado su rendimiento en las últimas jornadas.
En el resto del equipo, el técnico no tiene demasiado margen de maniobra. Varios jugadores han ido desapareciendo con lo que no se esperan grandes movimientos, pese a que algún futbolista no ofreció una buena imagen ante el Sporting. Además, el centro del campo estará condicionado por la posible presencia de Nico Melamed. El canterano, que ya jugó unos minutos la semana pasada, podría recuperar la titularidad y apostar por un equipo más tocador para servir balones a los atacantes. El técnico se ha llevado a 24 jugadores a Pucela.
El Valladolid, con bajas
El conjunto de Pezzolano afronta el partido con importantes ausencias en ataque. Los vallisoletanos solo cuentan con dos delanteros disponibles: el veterano Álvaro Negredo e Israel Zalazar. Stipe Biuk, Amath Ndiaye, Marcos André y el canterano espanyolista Mamadou Sylla se encuentran lesionados, mientras que Iván Cédric está apartado por indisciplina. Ante esta avalancha de bajas, Álvaro Negredo, que a sus 38 años está teniendo protagonismo, volverá a ser la principal referencia ofensiva, con Anuar y Raúl Moro acompañándole en las bandas. El madrileño encadena tres titularidades.
En Valladolid afrontan el encuentro como una auténtica final y el público es muy consciente de ello. En los últimos partidos se ha notado un cambio de tendencia en la afición y su apoyo le está llegando al equipo. Pucela empieza a ver cada vez más cerca al soñado ascenso, pero aún tendrá que luchar duro para lograrlo. La hinchada se ha movilizado y la semana pasada se agotaron, en pocas horas, todas las entradas que el club puso para sus abonados