Llegó el esperado día de final de liga en el que todos los pericos estábamos seguros de que celebraríamos el ascenso del Espanyol ‘como si no hubiera una mañana’. La realidad es otra muy distinta, si bien algunos ya preveíamos que el equipo solo lograría clasificarse para los partidos de ‘play-off’ viendo cómo se iba desarrollando la temporada. Un director deportivo que vendió bien para reportar al propietario parte del dinero que había invertido en el club, hizo fichajes que no han dado el rendimiento esperado y tres técnicos. Un ‘cóctel’ que ya indicaba que se estaban haciendo la cosas mal y que dista un abismo con un proyecto creado para lograr el ascenso a la máxima división. Nada se ha hecho bien y los únicos que han demostrado que son de Primera es la afición, a la que ya no se le puede pedir más. Está sola ante un páramo y lo más triste es que el Espanyol, un histórico de la Liga, no está representado ni respetado como se merece.
La realidad es tan dura que los pericos nos aferramos a la luz que vemos al final del túnel. Y esa luz no es otra que Martin Braithwaite. ¡Quién nos iba a decir cuando en pretemporada ‘se fugó’ de la concentración que sería nuestro santo y seña en esta campaña! Como tampoco imaginábamos que celebraríamos que el seleccionador de Dinamarca no le convocara para la Eurocopa para poder contar con él en los partidos de ‘play-off’. Martin se ha puesto el equipo a las espaldas en muchos partidos y es el único que parece tener claro desde el inicio que era un deber y una obligación el ascenso.
Se equivocó cuando aseguró que el ascenso sería directo. No contaba con las circunstancias que hay en el vestuario ni fuera de él. El danés tendrá que volver a echarse el equipo a las espaldas para conseguir el único objetivo de la temporada. Es el único líder con cara y ojos de la plantilla, si bien no podemos olvidarnos de los enormes encuentros que está haciendo Joan Garcia. La portería está bien cubierta con él y también ha salvado al equipo de recibir más goles. Pero ellos solos no pueden lograr el ascenso. El ‘play-off’ es de todos y más que “jugar con alegría” como dijo Pere Milla hay que jugar sabiendo lo mucho que se juega el Espanyol y concienciados de que no puede estar otro año en Segunda. El punto y final debe ser en Primera.