Llegó el momento de la verdad. El todo o nada. El éxito o el fracaso. Una situación que nadie podía esperar cuando el Espanyol echó a andar en el comienzo de la temporada, con ese empate en el Carlos Belmonte de Albacete, ya que desde el primer día todos le daban como el claro favorito para lograr el ascenso directo. No fue así y los de Manolo González se juegan a una carta el ser o no ser (Stage Front Stadium, domingo, 18.30h). Su futuro. Una victoria le devolvería a Primera división, el lugar que le corresponde por historia, mientras que si no son capaces de derrotar al Real Oviedo firmarían el que, seguramente, será el fracaso más grande de su historia.
Ante el conjunto de Luis Carrión no valen los lamentos, sino empujar todos a la vez, en el campo y en la grada, hacia adelante y con un único objetivo: ganar o ganar. Y es que el partido de mañana sí que es una auténtica final. Una finalísima no para alzar un trofeo, sino para levantar el club. Y en estos partidos solo hay una camino: una final no se juega, una final se gana.
Lleno a reventar
El ascenso del Espanyol pasa por ganar. No dependen de nadie. Todo está en sus manos. Y en cierta manera, en las de una afición que ha vuelto a responder a lo grande. El pasado viernes el club ya tuvo que colgar el cartel que se habían agotado las entradas. No hay papel, así que se espera superar los 30.605 espectadores que presenciaron el partido contra el Sporting de Gijón. Ni la verbena de Sant Joan, una fiesta muy celebrada en Catalunya, impedirá que se registre la mejor entrada de los últimos años. Por ahí, el Espanyol ya gana 1-0, un marcador que le serviría. Su afición estará en Cornellà, fiel a la tradición, dispuesta a animar, a sufrir y a esperar ese minuto 90 que permita a la gran masa perica lanzarse a la calle con bocinas, banderas, bufandas al aire y petardos
Un once definido
El Espanyol ha ido creciendo desde la llegada de un Manolo González que, poco a poco, ha ido confeccionando un once de garantías. Ante el conjunto de Luis Carrión, el técnico lucense podría recuperar el once que rindió a un gran nivel ante el Sporting de Gijón. La única duda que podría tener el técnico, dependiendo de la apuesta táctica, estaría en el carril izquierdo. Pere Milla ha rendido a un buen nivel con una defensa de tres centrales, aunque no se puede descartar la presencia de Brian Oliván de inicio. Jugue quien juegue, lo que está claro es que hay que salir a por el partido. Ser valientes. Apretar desde el inicio como cuando al toro le abren la puerta del toril. Y para esta final, el técnico tendrá a todos sus jugadores disponibles a excepción de Edu Expósito, ya que en la previa, Manolo González apuntó que Pol Lozano ya había entrenado con el grupo.