Marash Kumbulla atraviesa un magnífico momento de forma. La realidad es que ha caído de pié en Barcelona y se ha constituido como uno de los consagrados en la plantilla del Espanyol. Y logró estrenarse como goleador en esta nueva etapa con un testarazo en el anterior partido en la importantísima victoria frente al RCD Mallorca. Un puesto en la zaga tiene su nombre ya fijado y, hoy por hoy, complicado será sentarlo en el banco. El central albanés es uno de los dos internacionales de la escuadra blanquiazul en este parón de selecciones, junto a Alex Král.
Ahora concentrado con su combinado, el defensa admitió en comparecencia de prensa que se encuentra «físicamente, muy bien», además de que en la ciudad condal y «estoy muy feliz», sinceró. También habló el protagonista sobre las diferencias entre el juego en España y en Italia: «Los campeonatos son diferentes. Es más táctico (en España). El juego es abierto con contraataques y duelos. Me he adaptado muy bien en este campeonato».
Lo ha jugado casi todo con la elástica perica, pero también con Albania. En el anterior parón por compromisos de selecciones, el ‘4’ del Espanyol jugó la totalidad de los dos encuentros disputados, en la derrota contra Georgia y en el triunfo ante Ucrania. Recibió halagos por parte de los fans y la prensa del país. En otro orden de las cosas, en la estancia que se encuentra ahora para la Nations League, Marash Kumbulla se medirá a un conocido en su equipo, Alex Král. La selección del ‘Águila’ y la República Checa jugarán el próximo viernes en el duelo correspondiente a la tercera jornada de dicha competición de selecciones.
Sin distracciones para el central nacido en Italia, pero nacionalizado con Albania, que tiene por delante dos compromisos importantes para seguir en la pugna de la Nations League y hacer un buen papel. Paso a paso, piensa y refleja el zaguero: «Ahora solo pensamos en República Checa, un equipo muy competitivo y físico (…), y luego veremos en Georgia«.
No lo ha pasado bien Marash Kumbulla en el pasado año. El proceso de recuperación de su lesión de ligamento cruzado, que lo dejó en el dique seco durante alrededor de un año, «no fue fácil», explicó, aunque alejó aquellos tiempos «oscuros» y piensa en positivo vestido de blanquiazul y de rojo. Le van bien las cosas a un joven de 24 años que busca volver a reencontrarse con el fútbol, y lo está encontrando en Barcelona.