El Espanyol atraviesa una etapa preocupante en LaLiga, marcada por su dificultad para encontrar el gol con regularidad. A pesar de que el equipo muestra un trabajo colectivo sólido en muchos aspectos del juego, su falta de acierto en ataque ha comenzado a pasar factura en los resultados. Con solo un gol en los últimos tres partidos de liga, los números evidencian la necesidad de mejorar en la faceta ofensiva si el equipo quiere aspirar al objetivo de la permanencia.
El principal referente en ataque es Javi Puado, quien lleva seis goles en lo que va de temporada. Su última diana llegó en el empate contra el Valencia CF (1-1), después de marrar hasta tres oportunidades claras. Uno de los capitanes está ofreciendo mucho más que goles, siendo clave en la creación de juego, pero necesita socios que le acompañen en la tarea de definir frente al arco rival.
Sin embargo, el problema radica en el bajo aporte del resto de los delanteros. Entre Walid Cheddira, Irvin Cardona y Alejo Veliz apenas han sumado tres goles en lo que va de competición. A pesar de las expectativas que generaron al inicio de la temporada, ninguno de ellos ha conseguido consolidarse como una alternativa fiable en el ataque. Por otra parte, un aspecto positivo es que el joven Jofre Carreras, con dos goles en su cuenta personal, ha aportado su granito de arena, cogiendo un papel, cada vez más, de protagonista.
Esta falta de contundencia en ataque no solo afecta los resultados, sino también la confianza del equipo. El Espanyol necesita recuperar la efectividad en los metros finales. La presión aumenta jornada tras jornada, y el margen de error se reduce. Manolo González es consciente del problema y ha insistido en que el equipo está trabajando para solucionarlo. El entrenador ha mostrado confianza en sus delanteros y cree que los goles llegarán, pero también ha reconocido la importancia de ser más contundentes. La temporada todavía es larga, y el Espanyol tiene margen para corregir su rumbo.