Marash Kumbulla no solo habla sobre el terreno de juego con sus buenas actuaciones, sino que también lo hace fuera de él con sus declaraciones. El internacional albanés, que llegó este verano cedido al Espanyol, es uno de los intocables para Manolo González. El central se ha convertido en uno de los líderes de la defensa.
Kumbulla llegó al Espanyol con ganas de reivindicarse tras una etapa complicada por culpa de una lesión. A las órdenes de Manolo González ha ido recuperando sensaciones y vuelve a ser ese jugador por el que la Roma apostó fuerte hace unas temporadas. Su futuro está en el aire, ya que su gran rendimiento hará que sea más complicado ampliar su cesión, aunque muchas veces los jugadoes juegan donde quieren y él ya ha dejado claro que en el Espanyol se encuentra muy a gusto. Vuelve a sentirse futbolista.
En una entrevista al medio italiano Cronache di Spogliatoio. Marash Kumbulla ha manifestado que “estoy contento de haber elegido el Espanyol. Necesitaba jugar después de mi lesión. Tras la llamada del club, en un día y medio ya estaba aquí. Ya había visto el estadio y la ciudad deportiva con la selección”. El internacional albanés se muestra muy agradecido a la confianza que le ha dado el Espanyol y reconoce que “este club me ha dado continuidad”.
En estos meses las ha vivido de todos los colores, pero hay un partido que destaca esta temporada, la victoria en el RCDE Stadium contra el Real Madrid: «Cuando ganamos al Real Madrid, ni siquiera lo creía. Son un equipo que nunca muere. Incluso cuando sonó el pitido final, me quedé tenso porque no parecía cierto», confesó. Kumbulla ha conectado con la afición y destaca de ella que “siempre repiten que el Espanyol es un sentimiento. Hay muchos aficionados que tienen al equipo en el corazón. Nuestra afición son verdaderos fans”, concluyó.
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Es es un jugador que en otras épocas lo hubiéramos tenido en propiedad. Hay que mejorar en esto también. Hay que ser capaces de traer en propiedad este tipo de jugadores antes de que despunten demasiado y empiecen a tener a multitud de equipos detrás. Aunque está claro que ahora es más difícil, porque hay muchísimos equipos que controlan casi todo el mundo.