Juanma Pons fue cesado fulminantemente “con el objetivo de mejorar la dinámica deportiva”, se leía en el comunicado emitido por el club. El Badalona estaba último del Grupo 3 de Segunda B, después de sumar un punto en siete jornadas. Al rescate acudió Manolo González, técnico que conocía bien la entidad de una etapa anterior.
El equipo recuperó la vida y la esperanza de salvar la categoría. Dos victorias, dos empates y una derrota en los últimos cinco partidos sacaron a los escapulados del hoyo. “Queda mucho aún. Será una temporada larga y complicada”, auguraba Manolo.
Pese a los apuros en la liga, el Badalona en la Copa se deshizo limpiamente del Oviedo por 3-1. La siguiente eliminatoria deparó un Getafe CF de Primera, que además disputaba la Europa League. El técnico azulón José Bordalás acudió con la mayoría de titulares a un Estadio Municipal a rebosar y con un público entregado. El choque empezó movido y a los 13 minutos, Manolo González se tuvo que ir a la calle tras la roja directa que le mostró el colegiado Mateu Lahoz. “He protestado una jugada, pero me parece excesivo para echar a una persona de un campo de fútbol. Creo que tenemos que empezar a pensar que el espectáculo está en el campo y los futbolistas son los que merecen la atención”, dijo.

El ínclito Mateu Lahoz seguía con el gatillo fácil y en el 30’ expulsó al centrocampista del Getafe, Timor, por doble amarilla. Bordalás sacó al delantero Ángel para colocar un hombre de contención como Arambarri. Los dos equipos se mantenían sobrios en el campo hasta que se desató la locura en el tramo final. Cabalgada de Valentín por la banda que tuvo premio, al encontrar las botas de un Chema Moreno que mandó el balón a besar las mallas de la portería de Chichizola. Con un pie fuera del torneo, el Getafe CF puso toda la carne en el asador. De nada sirvió, el Badalona se permitió el lujo de sentenciar en la última acción. Tiro libre de Hugo Esteban que entró por la escuadra.
Tras la gesta, sin embargo, el Badalona no acabó de funcionar en la liga. Manolo González apuntaba que las eliminatorias de Copa habían pasado factura por una cuestión más de desgaste mental que físico, “se vivió una descarga emocional muy importante en estos partidos”. Con todo, el técnico sostenía que “si no creyese en la salvación, me marcharía”. Al final, el conjunto escapulado se vio beneficiado por el parón a consecuencia de la pandemia del COVID-19. La Federación dio por finalizado el torneo regular en mayo y eliminó los descensos.