No se entiende como en un partido de alto riesgo con toda la zona acordonada un coche puede ir atropellando a gente. Es más. Primero se mete en una zona en la que no debería estar. Luego atropella a una persona. Cuando varios aficionados rodean el coche para atender a la arrollada y recriminar su actitud a la conductora, ésta acelera y se lleva por delante a una quincena de pericos.
¿Y los Mossos? Esa es la gran pregunta. Para que tanto policía autonómico si no son capaces de evitar que algo así pase a un palmo de sus narices. Mucho escudo, mucha porra, mucho casco, mucha furgoneta blindada y cero eficacia. Eso sí, luego cargaron con gran presteza contras los pericos indignados por el atropello y la pasividad policial. Y cuando acabó el partido se desplegaron con gran celeridad para evitar la (no) invasión del terreno de juego. Para evitar un atropello múltiple no fueron tan diligentes.
Se entiende menos aún como tras el atropellamiento los Mossos filtraron a varios periodistas que el atropello había sido un accidente, cuando en varios vídeos se veía como la conductora arrancaba su vehículo para poder huir tras ser rodeada por aficionados del Espanyol y embiste sin cortarse un pelo a una multitud de personas.
Y con diecisiete heridos se entiende aún menos que los Mossos no hubieran exigido la suspensión del partido. Toda la actuación de la policía autonómica fue una auténtica vergüenza que demuestra que no tienen nivel y que la seguridad de un partido de alto riesgo les viene muy grande.
No es la primera vez que la ineficacia policial de los Mossos causa problemas a la afición perica, recordemos como en un derbi en el Estadio Olímpico en el 2008 radicales del Barça bombardearon con bengalas a aficionados del Espanyol. O en el 2021 otro grupo de radicales culés asaltaron un día de partido un bar en los alrededores del RCDE Stadium frecuentado por ultras blanquiazules.