El Mágico Espanyol ha comenzado la temporada como muchos soñaban y pocos imaginaban y gran parte de este impulso tiene dos nombres propios: Manolo González y Fran Garagarza. El técnico ha conseguido imprimir carácter a un equipo que en temporadas anteriores acusaba la falta de continuidad. Ahora el Espanyol compite cada minuto, no baja los brazos y es un bloque. La solidez mental y la intensidad en el juego se han convertido en la marca registrada del entrenador.
Fran Garagarza, que fue el gran artífice del milagro de la temporada pasada de conseguir la permanencia sin fichajes y recopilando cedidos por toda Europa, ha conseguido armar un equipo que ofrece garantías. Sin ensoñaciones gratuitas, la sensación es que este año la permanencia no será un problema. Y el “algo más” ya veremos qué es. Ojalá sea hacer una buena Copa del Rey, sería el mejor broche para el 125º aniversario.
El vestuario ha respondido con creces a esa exigencia. Jugadores como Dolan han asumido un papel protagonista en el apartado ofensivo, aportando creatividad y llegada al área rival. En la defensa, Leandro Cabrera ha sido un auténtico muro, con un claro liderazgo en la zaga. Y Calero también está rindiendo a un gran nivel, junto a un Omar superlativo y muy enchufado y un Carlos Romero que va a más.
La portería está en buenas manos. Dmitrovic ha sido decisivo en momentos clave. Su experiencia y temple han reforzado la estructura defensiva y le han dado al Espanyol esa tranquilidad imprescindible. Roberto sigue siendo un delantero al estilo de Tamudo, listo como pocos, que remata sin complejos y que sabe ser generoso con sus compañeros asistiendo. Y Pere Milla ha empezado fuerte y seguro que va a luchar para que siga siendo así.
En el RCDE Stadium se empieza a sentir algo especial: la certeza de que este Espanyol tiene derecho a la ambición. Este Espanyol no solo juega al fútbol: este Espanyol pelea por un sueño. Veremos cuál es el sueño, y esperemos que esta vez sí se cumplan los anhelos de una afición que ha sufrido mucho en los últimos años.