El derbi se presentaba atractivo para el Espanyol, tras las derrotas de cuatro equipos implicados en la lucha por la salvación, pero acabó en una de las imágenes más tristes de los últimos tiempos. La lluvia le daba la bienvenida al partido y, aunque no atronó la tormenta y el tiempo aguantó, al final estalló todo por los aires. Tras una triste imagen del equipo, los incidentes finales, cuando el Barcelona estaba celebrando el título sobre el césped, propiciaron el episodio más triste de la era Chen Yansheng en el Espanyol. El (2-4) final dejó una imagen de impotencia total en casi todos los estamentos del club. Desde el césped, al palco pasando por el banquillo y la afición. El Espanyol tocaba fondo ante el rival que más duele.
Pagaron el mal inicio de partido
Pese a las urgencias del Espanyol, la sensación fue que el Barça era el que se jugaba la vida. Los de Luis García no entraban en el partido y se veían impotentes ante un conjunto azulgrana en el que Pedri jugaba a sus anchas y Balde se convirtió en un auténtico puñal por su banda. Y el gran ambiente que se vivía en la grada, donde la afición lo puso todo para encontrar la victoria, fue a menos ante la respuesta de un equipo que no supo competir como el partido requería. El técnico perico quiso pelear el partido teniendo el esférico, pero les costaba hacerse con él, ya que el control fue absoluto para los de Xavi Hernández. Y a los 11 minutos, Balde le ganó la partida a Óscar Gil para asistir a Lewandowski para que inaugurara el marcador. Todo un mazazo que se agravó poco después con el tanto de Balde que dejaba muy tocado al Espanyol cuando solo se habían cumplido 20 minutos de juego. Los blanquiazules se vinieron abajo y el clima empezó a enturbiarse en las gradas. Pitos y cánticos pidiendo la dimisión de la directiva acompañaban al juego del equipo.
Si el partido estaba ya muy cuesta arriba para un Espanyol totalmente superado, en el 40’ llegó la estocada definitiva. Raphinha asistió a Lewandowski para que este anotara el tercero sentenciando el partido. El Espanyol no podía levantarse de la lona. No tenía ninguna capacidad de reacción.
Muy tocados y hundidos
A los blanquiazules, en la segunda parte, solo les quedaba evitar que la humillación fuera de las que hacen historia. Pero el inicio volvió a ser triste y el Barcelona volvió a golpear con un gol de Koundé. La táctica de Luis García estaba haciendo aguas por todos los lados. No había manera de detener el fútbol azulgrana. Con todo decidido, el Barcelona levantó el pie del acelerador y el partido se abrió. El Espanyol aprovechó la relajación culé y empezó a llegar mejor arriba, aunque carecía de acierto en el remate final. Puado y Joselu en el descuento maquillaron el resultado, aunque no la imagen de un equipo que quedó muy tocada. Pero lo peor aún estaba por llegar.
Con el campo medio vacío tras la triste y preocupante imagen ofrecida por los blanquiazules, todo acabó con la vergonzosa invasión de campo por parte de un grupo de aficionados del Espanyol. Los jugadores del Barça se alargaron en su celebración sobre el césped, algo que se había pactado que se haría en los vestuarios, y el bochorno que los jugadores ofrecieron durante los 90 minutos tuvo continuidad con un lamentable comportamiento que tendrá consecuencias para el Espanyol.
Ficha técnica
Espanyol: Fernando Pacheco; Óscar Gil, César Montes, Sergi Gómez (Javi Puado, 46′), Leandro Cabrera, Brian Oliván (Luca Koleosho, 84′); Sergi Darder, Nico Melamed (Edu Expósito, 85′), Denis Suárez (Calero, 46′); Martin Braithwaite (Pedrosa, 55′) y Joselu Mato.
Barça: Ter Steren; Joules Koundé, Ronald Araujo (Jordi Alba, 62′), Andreas Christensen (Marcos Alonso, 75′), Álex Balde; Sergio Busquets, Pedri González, Frenkie de Jong; Raphinha (Dembélé, 62′), Robert Lewandowski y Gavi Páez (Ansu Fati, 75′).
Goles: 0-1, Lewandowski (10′); 0-2, Balde (20′); 0-3, Lewandowski (40′); 0-4, Kounde (54′); 1-4, Puado (73′); 2-4, Joselu (92′).
Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Tarjetas amarillas: Darder (38′) | Kounde (2′), Gavi (38′), Jordi Alba (82′).
Estadio: RCDE Stadium. 27.360 espectadores.