La experica, Berta Pujadas, cumplió su sueño de jugar en la Primera división femenina en 2017 de la mano del RCD Espanyol cuando solo tenía 17 años. Procedente del filial del FC Barcelona, llegó como un gran fichaje, disputó dos temporadas en el conjunto espanyolista donde fue cumpliendo objetivos: crecer como jugadora y sumar experiencia y minutos en la élite del fútbol femenino.
Berta cambió de equipo, pero no de ciudad, por eso, a pesar de la rivalidad entre pericos y culés, la central está muy agradecida a ambos clubes. “El Espanyol me hizo debutar y el Barça es el equipo en el que he crecido. Entonces a ambos los siento como mi casa”. Así explicó su cariño por los dos equipos de Barcelona la actual jugadora del Valencia CF en ‘Quiero Ser Como’ de Relevo.
Su fichaje por el Espanyol le permitió tener protagonismo en la Liga Iberdrola, ya que “sentía que necesitaba un poco más. Al final en el Barça es muy complicado dar ese salto porque las jugadoras del primer equipo tienen muchísima calidad y con 17 años para mí lo más realista no era ir a un primer equipo porque necesitas jugar, crecer y coger experiencia y el Espanyol me dio esa oportunidad”, desveló Berta.
La central recordó que en el filial azulgrana “arrasábamos” y en su salto al conjunto perico conoció el lado de la derrota, ya que era algo a lo que “no estaba acostumbrada”. Además, comentó que “estaba acostumbrada a ganar todos los partidos, llego al Espanyol y en ese momento perdíamos más partidos de que los que ganábamos o empatábamos. Yo era perder y lloraba, ya que no sabía perder”
La experica aprendió mucho en el conjunto espanyolista. En la mala racha del equipo, Berta comentó que “veía a la gente, no tranquila porque a todo el mundo le daba impotencia perder, pero si gestionándolo de otra forma. Me decían que no pasaba nada y yo que sí pasa, pero en el Espanyol aprendí a gestionar las derrotas, al igual que aprendía a valorar lo que cuesta ganar o incluso a valorar un empate”. Durante su etapa en el Espanyol, el FC Barcelona quiso recuperar a su canterana, pero rechazó volver porque “no me sentía preparada. Era el primer año que estaba jugando en Primera y en el Espanyol tuve mucho crecimiento y no quería cortar de repente esa proyección”, concluyó