Disputó el pasado sábado el Espanyol su primer amistoso de pretemporada y lo hizo con un partido entre los jugadores que están haciendo la pretemporada con el primer equipo. Con camisetas oficiales, se llevó el encuentro el conjunto blanquiazul gracias a una solitaria diana de Rubén Sánchez, pero curiosamente el más feliz de la matinal formaba parte del equipo perdedor: Gori Gracia.
El mediocentro, de tan solo 21 años de edad, volvió a ponerse la camiseta de juego del Espanyol 21 meses después. No jugaba un encuentro desde el 17 de octubre de 2021, cuando tuvo que abandonar entre evidentes gestos de dolor el terreno de juego principal de la CE Dani Jarque a los 68 minutos de un duelo en el que el filial blanquiazul empató a una diana ante el SD Tarazona. A partir de entonces empezó un calvario para el centrocampista.
Las pruebas médicas realizadas determinaron que Gori Gracia se había roto el ligamento cruzado de la rodilla izquierda, lo que le obligó a pasar por quirófano. Una de las grandes perlas de la cantera tenía que poner su carrera en ‘stand by’ y afrontar una larga recuperación, despidiéndose de una temporada en la que incluso había debutado con el primer equipo. De la mano de Vicente Moreno, el de Arenys de Mar jugó los últimos ocho minutos de la primera jornada liguera, la que supuso el regreso del Espanyol a Primera división, en un encuentro disputado en El Sadar que finalizó con empate a cero.
La lesión de Gori supuso un jarro de agua fría no solo para el jugador, sino para todos los técnicos del Espanyol, que le veían muchísimo potencial. El verano anterior a su lesión, el club le renovó el contrato hasta 2024 con posibilidad de alargarlo hasta 2025, muestra de la confianza que se tenía en él.
Lo que no esperaba nadie es que, tras una larga recuperación y posterior puesta a punto, Gori recayera de su lesión la pasada pretemporada. Nueva operación y vuelta a empezar para un jugador que, pese al segundo duro golpe, nunca tiró la toalla. El Espanyol sigue confiando en él; muestra de ello es que realizó toda la recuperación con el primer equipo y, una vez con el alta, empezó a trabajar con el conjunto principal de la entidad.
Por delante de Villahermosa
Aprovechó Gori en la campaña 2020-21 una lesión de Dani Villahermosa, el mediocentro titular del Espanyol B, para irrumpir con fuerza en la medular del filial a pesar de encontrarse en edad juvenil. Su buen hacer propició que primer José Aurelio Gay y luego Luis Blanco, entrenadores esa campaña del filial perico, le dieran galones por delante del actual capitán del segundo equipo blanquiazul.
Pese a sus lesiones, parece que el club sigue viéndolo así. No solo por esta pretemporada, en la que Gori está con el primer equipo y Villahermosa trabaja con el filial, sino que en la anterior sucedió lo mismo y tan solo su recaída propició que el mediocentro del Espanyol B viajara a Marbella.
Gori, que recaló en el fútbol base del Espanyol en la campaña 2015-16 procedente de la Damm CF para reforzar al Infantil A, tiene una nueva oportunidad. Después de una presentación fugaz en la élite, espera que en esta ocasión pueda demostrar su calidad tras superar un calvario. El club cree en él y el propio Gori, que no ha dejado de pelear por volver a hacer lo que más le gusta, también. Este mediocentro de gran técnica que también puede actuar en la mediapunta es una de las apuestas del Espanyol. Y él, después de enfundarse de nuevo la camiseta de juego, no quiere dejar pasar la oportunidad, pese a que por circunstancias ésta se haya retrasado. 21 meses después, Gori vuelve a sentirse futbolista. Y del primer equipo.