Primer encuentro tras el descenso, con el Espanyol sin una sola cara nueva, a 500 kilómetros de casa, con más dudas que certezas… Pero la afición del Espanyol no falló y el sector reservado a la afición visitante del Carlos Belmonte estuvo absolutamente lleno. Unos 500 pericos acompañaron al equipo en su primera salida de la campaña.
Que la afición del Espanyol es especial ya lo sabemos, pero es que lo demuestra en cada ocasión que tiene. E incluso en los peores momentos, como es el actual, con un equipo con tan solo 17 fichas del primer equipo -15 en Albacete– y sin tener claro qué rumbo toma.
El equipo no correspondió a los desplazados, con una segunda mitad muy floja en la que se pudo haber escapado el partido. Pero los aficionados pericos no dejaron de animar durante los 90 minutos, dejando claro que el sentimiento por el Espanyol va mucho más allá de lo deportivo y de quién esté sobre el verde.
Una muestra más, y ya van infinitas, de amor a unos colores. Un ejemplo más de lo que es una afición en mayúsculas, que no deja nunca solo a su equipo y que siempre será el jugador número 12. Porque ser perico es especial, pero a veces no sabemos cuánto ni hasta dónde puede llegar etse sentimiento. La afición, una vez más, lo mejor del partido.