El nombre de Antoniu Roca comienza a resonar con fuerza en el Espanyol. El extremo derecho de 22 años, que parecía destinado a una cesión en verano, ha aprovechado las oportunidades que le ha brindado Manolo González para demostrar que tiene un lugar en la élite. Roca no solo ha encadenado titularidades consecutivas, algo que no lograba desde su etapa en el filial, sino que en la última jornada firmó una asistencia magistral a Javi Puado en el duelo contra el Valencia.
El de Martorell vivió un verano incierto, tal como reconoció el director deportivo, Fran Garagarza: “Antoniu Roca no estará en el filial”. Sin embargo, gracias al respaldo de Manolo González, quien ya confió en él la temporada pasada, el joven jugador se quedó en el primer equipo, aunque con dorsal de filial. Esa apuesta ha comenzado a dar sus frutos.
De Segunda Federación a Primera: un salto con confianza
Esto decía el canterano después de volver a jugar después de cuatro jornadas sin hacerlo: “Siempre que pueda sumar minutos y ayudar al equipo es una gran alegría. Estoy para lo que toque y lo que pida el míster”. La confianza del técnico es clave en su progresión. Manolo González ha sabido encontrar en Roca características únicas que no abundan en la plantilla, como su velocidad y capacidad de desborde. Estas cualidades han sido fundamentales para aprovechar los minutos en un equipo que busca consolidar su juego en Primera división.
Con contrato hasta 2025, Antoniu Roca encara cada oportunidad con humildad y determinación. Su historia en el Espanyol, que comenzó en la temporada 2019-20 en el Juvenil B, es un ejemplo de paciencia y trabajo duro. El joven jugador sabe que su camino en la élite apenas comienza. Mientras tanto, sigue demostrando que tiene mucho que ofrecer al equipo. Con el respaldo de Manolo González y su propia ambición, Antoniu Roca apunta a ser una pieza a considerar.