Carlos Romero Serrano (Torrent, 29 de octubre de 2001) siempre ha destacado po la lucha y el trabajo diario. El nuevo espanyolista se formó en la Academia del Valencia. Allí creció hasta que llegó un día en el que los responsables deportivos del conjunto che decidieron que sus caminos no continuaran juntos. Pese a ese contratiempo, Carlos no se hundió. Se marchó al Torre Levante y en solo una temporada llamó la atención de varios equipos de Primera que lo quisieron incorporar a su cantera. El Villarreal fue quien más apostó y Romero decidió dar un paso atrás para coger carrerilla. Se decantó por jugar en el Juvenil de División de Honor del Villarreal cuando en el Torre Levante ya había debutado con el primer equipo. Y esa decisión fue un gran impulso para que fuera escalando categorías hasta llegar al primer equipo, debutando esta temporada en Primera división de la mano de José Rojo Pacheta.
Mentalidad ofensiva
Romero no es un defensa que destaque solo por su faceta defensiva, sino que ofensivamente le gusta prolongarse en ataque y ganar la línea de fondo rival. Es un defensa de gran recorrido y excelentes condiciones para sumarse al ataque. Su rendimiento no ha parado de ir a más, convirtiéndose en el gran proyecto en el lateral zurdo del Villarreal. En el conjunto castellonense saben que Carlos, si nada se tuerce, es el elegido para llegar al primer equipo y asumir el relevo de Pedraza. En La Cerámica hay muchas esperanzas depositadas en el valenciano por lo que en su cesión al Espanyol no han incluido ninguna opción de compra. Romero tiene contrato con el Villarreal hasta 2027 y en el club tienen tanta confianza en él que incluso se valoró que este año formara parte de la primera plantilla de Marcelino García Toral.
Tres años en el barro jugando con el Villarreal C de Tercera hasta que en la temporada 2022-23 subió al filial que había logrado el ascenso a Segunda. El torrentino irrumpió en LaLiga SmartBank con muchísima fuerza convirtiéndose en un jugador muy importante en el esquema de Miguel Álvarez. Tras empezar el curso con poco protagonismo, supo aprovechar su oportunidad para consolidarse en el once titular. Romero esperó su momento sin hacer ruido.
Carlos Romero nunca olvidará el 17 de septiembre de 2023. Carlos Romero debutó con el primer equipo como titular en el campeonato liguero el mismo día que Pacheta se entrenó en el banquillo y lo hizo cuajando una buena actuación. El de Salas de los Infantes, que tenía a Pedraza sancionado y a Alberto Moreno saliendo de una lesión, apostó por darle la titularidad al canterano que sorprendió con su actuación. Romero con la vuelta de los dos laterales tenía un reto nada sencillo: ganarse minutos en una posición cubierta con dos buenos futbolistas. Acostumbrado a pelear en caminos difíciles, luchó por jugar y esta temporada acabó participando en ocho partidos –siete de Liga y uno de Copa–.
Ahora llega al Espanyol tras haber disputado 46 partidos en Segunda división, 30 de ellos como titular, pero, sobre todo, lo hace con mucha hambre por hacerse un sitio en el mundo del fútbol. Y esa hambre es lo que quiere la afición perica y, sobre todo, Manolo González. De esa ambición ya dejó constancia con sus primeras palabras en los medios oficiales del club: “Soy un chico normal, tranquilo, que tiene mucha hambre por llegar al fútbol profesional y de aportar todo lo que pueda al Espanyol”.