Ha volteado el Espanyol su mal arranque liguero al no sumar en las primeras dos jornadas y ha logrado siete puntos de los siguientes nueve, con dos victorias consecutivas. Los de Manolo González encaran la próxima jornada, su visita al Real Madrid, con confianza y en un buen momento de forma, aunque saben que será muy difícil poder rascar algo del Santiago Bernabéu.
Y todavía más si siguen siendo frágiles en defensa. Porque a excepción del empate sin goles en el Cívitas Metropolitano, el Espanyol ha encajado en todas las jornadas disputadas hasta el momento. Y la gran mayoría de goles recibidos han sido evitables.
Tras un tanto algo desafortunado en Valladolid y un golazo inapelable de Kubo en el duelo contra la Real Sociedad, la diana del Rayo Vallecano se pudo evitar; los franjirojos cogieron al equipo descolocado, Calero no estuvo acertado y llegó el tanto de Álvaro García. Lo mismo sucedió frente al Deportivo Alavés en la última jornada disputada: cadena de errores en el primer gol encajado (mala salida de balón de Aguado, debilidad de Cabrera en la marca, fragilidad de Joan Garcia e intervención tardía de Marash Kumbulla) y en el segundo a testarazo de Tenaglia, que cabecea solo en el corazón del área un córner botado por Joan Jordán.
El parón internacional sirvió a Manolo González para incidir en diversos temas tácticos, pero no así en la defensa. Con Marash Kumbulla con su selección y tanto Leandro Cabrera como Fernando Calero en la enfermería, apenas se pudo trabajar con la retaguardia. El míster insistió en la mejora atrás una vez finalizado el encuentro contra el Deportivo Alavés, puesto que una de las fortalezas del Espanyol del pasado curso ha perdido consistencia. La visita al Santiago Bernabéu, un verdadero examen para la zaga perica.