El Espanyol está ante uno de los momentos más complicados no solo de la temporada, sino también de su historia. Ante el Real Valladolid CF desaprovechamos, posiblemente, la última bala para seguir aspirando al ascenso directo. La victoria nos hubiera dejado con alguna opción, a falta de tres jornadas, y casi aseguraría acabar entre los seis primeros, pero no sumar los tres puntos nos puede incluso complicar la clasificación para el ‘play-off’ de ascenso. Ante una nueva decepción, es el momento de cerrar filas.
Creo que la afición es consciente de lo mucho que hay en juego y no se le puede reprochar absolutamente nada. El Espanyol ha lanzado una nueva promoción para el partido contra el Real Oviedo y los pericos seguro que responderán. Me gustaría creer que la plantilla también tiene claro que el futuro del club está en juego. Pero yo me pregunto, ¿Y el presidente? ¿Tiene Chen Yansheng claro que no subir sería un fracaso a todos los niveles? ¿No veía que esto podía pasar al no reforzar al equipo en enero? Preguntas sin respuestas, ya que hace demasiado que no tenemos noticias del presidente.
En todas las columnas que he escrito nunca he hablado de otros clubes. Y mucho menos de los grandes de LaLiga por los que no siento ninguna simpatía. Pero hoy, si me permitís, he de reconocer que siento envidia sana del Real Madrid, y no me refiero al hecho de que haya ganado LaLiga o se haya metido en la final de la Champions League. Los pericos no somos del Espanyol por los títulos, aunque evidentemente queremos ganar y tener un proyecto ambicioso que nos ilusione. Siento envidia por el acercamiento de su presidente, Florentino Pérez, con los jugadores.
En la previa de la semifinal de Champions contra el Bayern Múnich, el máximo mandatario merengue acudió a la ciudad deportiva para saludar, uno a uno, a toda la plantilla y desearles suerte ante el importante partido que tenía. Tras el éxito, bajo a los vestuarios a felicitar a sus jugadores. Un gesto que suele ser habitual en momentos en los que hay mucho en juego. Se vio una química y complicidad entre el máximo mandatario y el club que aquí hay que remontarse a antes de la llegada de Chen Yansheng para verlo. Y esto es muy importante y más en un club como el Espanyol que siempre ha destacado por ser muy familiar. Ellos se jugaban seguir ampliando su histórico palmarés, pero el Espanyol se jugaba la vida en Valladolid. El futuro del club está en peligro. Era un todo o nada. Una última bala. Y el presidente Chen Yansheng, una vez más, no estuvo cuando se le necesitaba. Ser presidente no es solo invertir y tomar decisiones, sino también es estar al lado del equipo y, sobre todo, en los momentos complicados.
Chen Yansheng cumplirá en agosto dos años sin pisar el Stage Front Stadium y cada vez tengo más dudas de que vuelva a hacerlo. Si no viene ahora que es cuando el equipo más necesita el respaldo de todos, quizás luego ya sea muy tarde.
2 comentarios
Mejor que se quede en su casa , o mejor que vaya adonde tenga que ir para formalizar la venta. De la misma manera que él dice que uno nos e puede fiar de un occidental, qué mal hicimos en confiar en él maldito Chen.
Un muy buen artíclo que recojge lo mismo que nos preguntamos la mayoria de pericos.
Dónde está el presidente???