6 de mayo de 2006. Jornada 37 de la temporada 2005-2006. Derbi en el estadio de la antigua Avenida de la División Azul. Una bonita ubicación para un club que recibió tantos parabienes y ventajas por parte de las autoridades franquistas. Un campo construido gracias a una recalificación salvaje del estadio de Les Corts impulsada por el Generalísimo, el Camp Nou, merecía estar en una calle con ese nombre.
El Barça no se jugaba nada porque ya se había proclamado campeón de Liga, el Espanyol la vida. Perder era ponerse a un paso del descenso. Los culés nos ganaron por dos a cero tras un partido lamentable de los de Lotina y todo el Camp Nou se puso a gritar “Espanyol, a Segunda División”. Raúl Tamudo y Luis García disputaron ese partido, y tomaron nota de la actitud de nuestros ‘hermanos’ catalanes. Y en la temporada siguiente llegó el ‘Tamudazo’.
Que te ganen es una cosa –no les vamos a pedir a estas alturas a los culés que hagan por nosotros lo que hacen entre ellos los equipos vascos–, pero el choteo y la humillación no lo toleramos. Por eso parte de nuestra afición saltó al terreno de juego – no lo debió hacer – cuando hace un par de años los jugadores culés bailaron el corro de la patata mientras nosotros bajábamos a Segunda. Porque ya estamos hartos, e incluso hacemos cosas que no son de recibo, pero es que el respeto que nos tiene el Barça es cero. Y ya cansa.
Este jueves nos jugamos no solo el punto que nos hace falta para la permanencia. Sobre todo, nos jugamos que no nos humillen, que los aficionados culés que vengan al Estadio no nos canten “a Segunda” mientras sus jugadores celebran con alborozo su enésima Liga. El Barça va a ganar el título, pero que lo consiga matemáticamente y lo celebre en otro sitio. Y que nos dejen en paz. Así que hemos de llenar las gradas y empujar a nuestros jugadores hacia la victoria. Eso suponiendo que el Real Madrid no pinche este miércoles y nos obligue al eterno y cansino debate sobre el pasillo. Mi opinión, si ocurriera, es claro: nada que celebrar. Y no se puede ser “señor” con quién no lo ha sido con nosotros jamás.