Garagarza rescató a Dmitrovic para el fútbol de alto nivel. Su ojo clínico detectó un portero de sólidas prestaciones y en cuanto tuvo ocasión se lo llevó al Eibar. Todo un acierto. Los armeros, con Marko Dmitrovic bajo los palos, rozaron los puestos europeos. El actual director deportivo del Espanyol ejerció como padre deportivo del guardameta. Le sacó de un Alcorcón que coqueteaba con el descenso a la aún Segunda B y la respuesta del cancerbero serbio fue increíble en las cuatro temporadas que estuvo en el equipo azulgrana.
Su trayectoria hasta el momento había sido discreta en un continuo ir y venir de equipos desde sus inicios en el Estrella Roja. Dmitrovic apenas había tenido oportunidades en el club de Belgrado y decidió cambiar de aires. En 2013 se fue al Ujpest húngaro y la historia se repitió: siguió sin contar. Probó fortuna en el Charlton inglés y la situación tampoco mejoró a nivel de partidos hasta que llegó la cesión al Alcorcón. “Esta es una gran oportunidad para seguir creciendo en un campeonato tan competitivo como la Liga Adelante”, indicó en declaraciones a la web del club alfarero.
Sus dos campañas en el Alcorcón le sirvieron para encender el interés de Fran Garagarza, director deportivo entonces del Eibar. El meta Yoel se había lesionado de gravedad y en un fichaje relámpago a cambio de 700.000 euros, Dmitrovic recaló en el equipo armero: “Cuando me llamó el Eibar me sentí muy feliz porque era un club de Primera. Yo contesté que sí, pero el tema no dependía de mí, porque tenía dos campañas más de contrato”. No hubo problema, Garagarza se movió y “en dos días se solucionó todo”, añadió el portero.
“Dmitrovic era la primera opción que teníamos. Ha hecho dos buenas temporadas en el Alcorcón. Es alto y ágil para su altura (1,94 metros), y zurdo con el pie. Hemos acertado al 100%, porque Marko es joven. Tenemos alternativa para Yoel, eso es lo más importante. Hemos estado rápidos”, sostuvo Garagarza. El guardameta firmó por cuatro años y la rápida gestión fue valorada por el Eibar como un éxito, “dado que había amenaza de otros clubes por hacerse con los servicios de Marko”.
El balcánico se consolidó en la élite. Jugó 131 partidos y pasó a la historia como el séptimo portero de la Liga en hacer un gol después de Santamaría, Fenoy, Chilavert, Prats, Nacho González y Aranzubia. Consciente de su buena pegada con la pierna izquierda, el técnico Mendilibar le puso a tirar los penaltis. Le hizo un gol al portero del Atlético, Oblak, en la temporada 2020-21.
Sus actuaciones le pusieron en el escaparate y el Sevilla se lo llevó libre al concluir su contrato con el Eibar. En el conjunto andaluz, sufrió el talento de Javi Puado, que le marcó un golazo en el Sánchez Pizjuán. El ‘7’ perico se acomodó el balón y desde la cruceta del área su disparo entró por toda la escuadra, imparable para Dmitrovic.
Dmitrovic jugó con Edu Expósito y Álvaro Tejero
Edu Expósito y Álvaro Tejero compartieron vestuario en el Eibar con Dmitrovic. El ‘8 perico vio como el portero le quitaba protagonismo desde los once metros. Expósito había fallado un penalti contra el Granada y “antes del partido contra el Levante me dijeron que si había uno lo iba a lanzar yo”, recordaba el serbio. Le tocó frente al Atlético y no dudó: lanzó un fuerte disparo que engañó a Oblak. “Todos los porteros esperamos que el que lo tira, lo crucé, y yo lo tiré al otro lado”, explicaba.
