El Espanyol comenzará el 2025 con dos citas de vital importancia para el desenlace de la liga en el RCDE Stadium. Por puntaje, por sensaciones y por los rivales que son: CD Leganés y Real Valladolid, también contendientes a sufrir hasta el final para lograr la permanencia. La escuadra de Manolo González apenas ha sumado dos puntos de los últimos doce en la competición doméstica, por lo que se antoja necesario sacar algo de provecho de ambos compromisos. Doblegar a equipos contrarios directos siempre es un aliciente extra. Eso que llaman «partidos de seis puntos».
La continuidad de Manolo como técnico también está en juego. Los malos resultados recientes han generado dudas en torno a su gestión, y los próximos partidos podrían ser decisivos para determinar si sigue liderando el proyecto. Lograr buenos resultados ante Leganés y Valladolid podría no solo asegurar su permanencia en el banquillo, sino también reforzar la moral de un vestuario que necesita recuperar la confianza. Comenzar el año con victorias sería un mensaje contundente para el resto de equipos que pelean por la permanencia: el Espanyol no se rinde y está decidido a revertir su situación. Estas «finales» son la oportunidad perfecta para que el equipo demuestre su capacidad de superar la adversidad, apoyado en su afición y en la fortaleza que puede ofrecer el RCDE Stadium.
El RCDE Stadium debe convertirse en el punto de partida para un cambio de dinámica. El Espanyol necesita que su afición juegue un papel determinante, creando un ambiente de apoyo incondicional que impulse al equipo a dar lo mejor de sí. En momentos complicados como este, el factor campo puede marcar la diferencia, y los jugadores saben que no pueden fallar ante su público.