El Espanyol tuvo la primera prueba de fuego contra un conjunto de Primera División, con todo lo que conlleva enfrentarse a un sistema bien armado como fue el del Cádiz, que, mediante su estructura cerrada y compacta, deshabilitó al conjunto blanquiazul en varias ocasiones. A continuación os dejamos el análisis del partido entre el Espanyol y el Cádiz CF (0-1).
Desde los primeros instantes, pudimos ver el modelo que quiere plasmar Luis García en su equipo. Un equipo atrevido en la salida de balón, en un juego propositivo que hizo exaltar las cualidades de los centrocampistas. El Espanyol partió con un 1-4-2-3-1, pero en fase ofensiva, se convertía en una especie de 1-3-4-2-1, en el que Óscar Gil cerraba en la defensa, Joan Puig y Jofre tomaban amplitud y profundidad, siendo los extremos, y Lazo y Javi Hernández actuaban por el carril central. Muchos jugadores en el medio a diferentes alturas, cosa que permitió combinar más rápido. El Espanyol intentó construir desde atrás, empezando por Joan García, pero encontró muchas dificultades. Incluso el guardameta perico tuvo varios errores de concentración que casi cuestan un gol. No obstante, los pases entre líneas y progresivos hacia el centro del campo eran recurrentes para atacar, intentando mover a rivales para buscar el espacio libre. Dimata, en la punta, tuvo gran trabajo en esa faceta.
En fase defensiva, en la primera parte los de Luis García implantaron una presión en bloque alto en varias ocasiones del partido, forzando al Cádiz a enviar el balón en largo. En esta presión, el Espanyol pudo encontrarse con un problema. Si el Cádiz progresaba bien hacia adelante, la defensa del Espanyol, al estar con una línea tan adelantada, sufría mucho al correr hacia sus espaldas. Darwin Machís e Iván Alejo hicieron daño por ambos costados. Ambos encontraron facilidades para atacar y encarar a sus marcas.
En los segundos cuarenta y cinco minutos, con el cambio de todos los jugadores, el equipo dio un paso hacia atrás con el gol. Se mostró reactivo, y muy impreciso a la hora de construir el juego. La participación de Lazo o Javi Hernández, no la encontró ni con Nico ni con Puado, aunque sí con Nabil en un tramo del encuentro. En cuanto a la disposición, el sistema fue parecido, situando a Nabil con el rol interior de Lazo y ampliando al juego con Rubén, después Vadillo, y Oliván. La propuesta perica fue escasa y no tan fluida ni peligrosa como en el primer tiempo. Las ocasiones fueron pocas, y es que el cúmulo ofensivo también fue muy deficiente. Nadie estaba activado.
Por otra parte, defensivamente, se vieron errores y muchos desajustes en la presión. El Cádiz tomó protagonismo, comenzó a tener más control del balón, y el Espanyol siguió con el bloque medio en defensa en un 1-4-4-2, al igual que en muchas fases del juego en la primera mitad. Los desajustes en la defensa siguieron estando, mostrando fragilidad e inseguridad.
El Espanyol de Luis García comenzó a mostrar lo que quiere plasmar en su equipo, un conjunto atrevido y un modelo de juego atractivo, pero aún le queda mucho trabajo para perfeccionarlo. El inciso en el trabajo defensivo debe ser muy importante para sentar una base.
Los jugadores más destacados
La actuación de José Carlos Lazo fue estimulante, pues lo encontramos activo en el carril central, creando desmarques de ruptura u ofreciéndose en apoyo. Aportó una verticalidad al ataque perico que permitió encontrar acercamientos a la portería rival. Así mismo, Javi Hernández, que actuaba en la mediapunta en fase ofensiva, estuvo acertado en sus intervenciones, mostrando la capacidad que tiene de girarse cuando está de espaldas a la portería rival. También, Joan Puig fue una pieza clave para el ataque blanquiazul en el primer tiempo, pues supo gestionar cuando incorporarse al ataque y cuando mostrar agresividad al espacio para superar a su rival.
Análisis táctico realizado por Rubén Martínez