El pequeño respiro que se tomó el entorno del Espanyol tras la victoria en el último suspiro contra el Levante se terminó muy pronto. No duró ni una semana. La derrota ante el Racing de Santander, en la que el conjunto de Ramis no tuvo ninguna capacidad de reacción, hizo mucho daño a todos los niveles. Jugadores, técnicos, directivos y presidente quedaron muy tocados por una nueva humillación. Y señalados por la afición. Fue un tropiezo algo inesperado, ya que tras la inyección moral que significó la victoria contra el equipo granota, se esperaba que los de Ramis dieran un paso al frente. Pero no fue así. Sucedió todo lo contrario y dieron un nuevo paso atrás.
El Espanyol se encuentra a seis puntos del líder Leganés, a cuatro de la segunda posición que ocupa el Eibar y podría empezar su partido contra el CD Mirandés (Stage Front Stadium, 21.00h) fuera de los puestos de play-off, ya que Real Valladolid y Oviedo juegan antes. Con este panorama, el encuentro, una vez más, vuelve a presentarse caliente. El Espanyol está en ebullición y con una gran presión alrededor de un equipo que no está sabiendo cumplir las expectativas. Pese a que muchas de las miradas apuntan al banquillo, a día de hoy no parece que exista ultimátum. Motivos económicos y deportivos, al no encontrar un refuerzo de garantías, son algunos de los argumentos por los que Ramis sigue dirigiendo al equipo. De todas formas, los resultados son los que mandan y no lograr los tres puntos ante el conjunto de Alessio Lisci podría precipitar acontecimientos.
En el club se confía en que entrenador y jugadores den un golpe sobre la mesa que haga ver el futuro con más optimismo. Si hace tres temporadas el partido ante el Mirandés en Anduva, en el que se estuvo contra las cuerdas y con Vicente Moreno muy cuestionado, fue un punto de inflexión, ahora se espera que suceda lo mismo ante el conjunto jabato.
Una montaña rusa
El Espanyol de esta temporada está siendo una montaña rusa con más momentos de bajón que de ilusión. Y esta semana vuelve a ser difícil. Pero no queda otra que volverse a levantar. Ante el Mirandés se espera otra jornada de protestas y Puado se sinceró esta semana al reconocer que es normal que la afición esté enfadada, ya que ella está dando mucho y nosotros no les estamos correspondiendo.
El ‘7’ perico será una de las novedades en un once titular y entrará por el canterano Omar Sadik, que podría estar cerca de un mes de baja por unos problemas en el isquiotibial. Esta no será la única ausencia que tendrá Ramis. El técnico seguirá sin poder contar con Fernando Calero, al igual que con Nico Melamed y Edu Expósito. La cara positiva es para Brian Oliván, que ya se ha ejercitado con sus compañeros y estará en la convocatoria. El lateral incluso podría entrar en el lugar de Ian Forns. Por lo que se refiere a Fernando Pacheco y Pol Lozano, ambos han tenido molestias durante la semana, aunque hay optimismo. El portero se ejercitó ayer con normalidad con el grupo después de haber descansado el jueves por una pequeña contractura en el cuello, mientras que el centrocampista arrastra unas molestias en el gemelo y se esperará hasta el final para ver si puede jugar.
Seco lejos de Anduva
Por su parte, el Mirandés se metió en un pequeño lío con su derrota en el campo del Cartagena. De haber ganado, habría puesto tierra de por medio con los puestos de descenso, pero su tropiezo y las victorias de los conjuntos de la zona baja le han dejando a cinco puntos del peligro. Los de Alessio Lisci llegan a Cornellà con la pólvora mojada a domicilio. En las últimas cinco salidas no han conseguido marcar, lo que les ha llevado a sumar solo tres puntos gracias a tres