Temporada tras temporada y derbi tras derbi, muchos futbolistas que han vestido la zamarra espanyolista lo habían hecho también con la azulgrana. Ricardo Zamora, Ladislao Kubala, Cayetano Re, Pichi Alonso, Cristóbal Parralo, Nando, Óscar García, Jordi Cruyff, Iván de la Peña, Rufete, Joan Verdú, Sergio García, Víctor Sánchez, Aleix Vidal, Denis Suárez, Martin Braithwaite… Han sido innumerables a lo largo de la historia. Y ello, por mucho que pasen las campañas, sigue ocurriendo. Jugadores que no han encontrado su sitio en el cuadro azulgrana y que, tras formarse en dicho club, se tienen que buscar la vida lejos de casa y acaban en el Espanyol. Ese es el caso de dos de los jugadores con los que cuenta en plantilla Manolo González con pasado culé, Sergi Gómez y Brian Oliván; los otros dos que pasaron por la cantera del Barça, Javi Puado y Antoniu Roca, pasaron al fútbol base del Espanyol todavía en edad formativa.
Sin oportunidades
De los cuatro jugadores de la primera plantilla del Espanyol que vistieron los colores azulgrana, solo Sergi Gómez llegó a debutar con el primer equipo. Tras llegar al Barça en edad cadete procedente del CE Mataró, el de Arenys de Mar fue quemando etapas hasta debutar, con tan solo 17 años, con el filial en la campaña 2009-10. Pese a su precocidad, su estancia en el segundo equipo culé se alargó sin oportunidades con el primer equipo hasta la 2013-14; entrenamientos con los mayores, algún duelo en el banquillo y poco más. Su único encuentro con el conjunto principal del rival ciudadano fue en la ida de la Supercopa de España de la campaña 2010-11, en un duelo en el que Pep Guardiola le hizo jugar los 90 minutos formando pareja de centrales con Gabi Milito. El Barça perdió ese encuentro por tres goles a uno.
El que se dio cuenta mucho antes de que no podría llegar al primer equipo del Barça fue Brian Oliván. Llegado al fútbol base azulgrana en la campaña 2003-04, tras diez temporadas vio que no tendría sitio y que, si quería tener futuro en el mundo del fútbol, debía salir del club. De este modo, tras acabar su etapa de juvenil en el curso 2013-14 decidió hacer las maletas al filial del Sporting Braga, una decisión muy atrevida que lo llevaría posteriormente al CSKA Sofia búlgaro y de nuevo a España, donde el filial del Valladolid le dio una nueva oportunidad.
Puado y Roca jugaron en la cantera culé
Normalmente es al revés: el pez grande se come al chico. Ya saben el expolio que sufre cada año ‘La 21’ por parte del Barcelona. Pero en los siguientes casos, el Espanyol se aprovechó de que el club azulgrana no contó con dos futbolistas que tiene roles diferentes en el equipo de Manolo González: Javi Puado, uno de los jugadores más diferenciales de la plantilla, y Antoniu Roca, que pese a contar con dorsal de filial disfruta de su primer año en el primer equipo.
Puado, santo y seña del Espanyol, empezó a jugar a fútbol en la FCB Escola e incluso pasó a formar parte del fútbol base azulgrana, pero en la 2013-14, en etapa cadete salió cedido al Cornellà ante la llegada de varios futbolistas de Corea del Sur a su equipo, los cuales le barraban el paso y, tras ser el máximo goleador del equipo verde, la campaña siguiente recaló en el Espanyol para reforzar el Juvenil B.
En el caso de Antoniu Roca, el de Martorell pasó por el equipo de su localidad, la Gramenet y el Badalona antes de aterrizar en el fútbol base del Barça el curso 2012-13. Estuvo allí cuatro campañas y, tras pasar por Jàbac Terrassa y Damm, en la temporada 2020-21 pasó a engrosar la plantilla del Juvenil B perico.
Dos en el otro lado
Alejandro Balde y Dani Olmo empezaron a formarse en la cantera del Espanyol, pero ya en categoría benjamín cambiaron de equipo hacia el fútbol base azulgrana.