Si bien el Espanyol encara una temporada con una plantilla compuesta por mimbres con nivel de Primera división (a ello se debe la estrategia de la nueva dirección deportiva), los últimos acontecimientos y la rumorología sobre varios de los pilares de la plantilla perica, han puesto al conjunto blanquiazul en una compleja tesitura a dos semanas de arrancar la competición en el Carlos Belmonte. Luis García cuenta con tan solo 18 fichas del primer equipo, siendo un número corto de jugadores para afrontar la dura, larga y compleja temporada que viene.
Hay demarcaciones debilitadas, por la falta de efectivos o por el nivel. Un caso evidente, es el lateral izquierdo, pues Brian Oliván es el único en esa posición, aunque la pretemporada de Joan Puig puede hacerle coger un papel en el primer equipo como recambio del ‘14’.
No obstante, la parcela ofensiva ha tomado un giro que hace que todas las prioridades cambien, que el foco para reforzar se instale en el ataque perico. La más que posible salida de Martin Braithwaite provoca un vacío futbolístico muy grande para el modelo de Luis García, que ningún otro jugador lo puede suplir. El Espanyol debe reforzar, como prioridad, el ataque.
Luis cuenta, para la punta, con tan solo a Nany Dimata, que tuvo buenas cifras en su cesión al NEC Nijmegen belga, con 10 goles y 2 asistencias. Un perfil que puede ser útil y complementario, que no vital ni importante, para la idea que quiere plasmar el técnico ovetense. Un delantero corpulento, aguerrido y que puede aportar a la hora de bajar el balón y crear segundas jugadas. Por otra parte, el papel de Javi Puado, que también ha tenido el interés de conjuntos de Primera, debe crecer, aunque no sigue siendo un perfil complementario al delantero centro, pues sus características y rendimiento lo han mostrado. Al igual que con Nico Melamed. Un jugador que encaja muy bien con los ideales de Luis García, pero que es un mediapunta. Al Espanyol le falta el hombre gol, la referencia, un delantero diferencial para la categoría.
Además, en los costados es donde el Espanyol no tiene ningún elemento diferencial. Si bien Lazo podría ocupar esa posición, en los partidos amistosos se ha visto la intención del cuerpo técnico de que el ‘16’ ocupe el carril central, cediendo la banda al lateral. Jofre Carreras, con un futuro incierto también, y Vadillo son los únicos extremos puros que tiene la plantilla, pues jugadores como Nico, Puado o el propio Lazo se encuentran más cómodos por dentro. Aun así, podríamos añadir a Rubén Sánchez en la posición de extremo. Por cualidades y necesidades de la plantilla, es donde puede tener protagonismo, aunque no agrada al cuerpo técnico.
Una medular de nivel
Ahora bien, la plantilla cuenta con una medular de nivel para la categoría, con jugadores con experiencia, de nivel, y con ascensos a sus espaldas. Como es el caso de Pol Lozano, que ha logrado tres ascensos consecutivos a la categoría de oro. Otros jugadores como Gragera, Edu Expósito, Keidi Bare, Nico Melamed y, por último, Sergi Darder, que su futuro aún sigue siendo incierto. Al igual, ocurre con la portería, ocupada por Pacheco, Joan García y Ángel Fortuño, que tiene papeletas de ser el tercer guardameta de la plantilla.
El caso de la defensa es algo dubitativo, pues el rendimiento mostrado la campaña pasada está muy lejos de lo que debe mostrar un conjunto, tanto en primera como en segunda. Calero, Sergi Gómez, Cabrera, un César Montes que aún ha de volver a incorporarse y Simo. Por perfil, Cabrera sería el jugador que menos encaja en el modelo de fútbol que quiere implantar Luis García. El lateral diestro, también completo con Óscar Gil, Omar y un desaparecido Miguelón.
Un papel importante puede tener la cantera para reforzar y completar la plantilla, tanto por perfiles como por la necesidad de tener competencia. Simo, Omar, Joan Puig, Javi Hernández o Rubén Sánchez son jugadores que pueden aportar su grano de arena en la plantilla.
Será un mes de agosto difícil para Fran Garagarza y Luis García, pues deben acertar en las necesarias incorporaciones para afrontar una temporada en la que todos deben remar para lograr el ascenso.