Llevamos varios días con entrevistas a Ferran Corominas en los mismos medios de comunicación que nos han ignorado durante dos temporadas. La épica siempre vende, y el partido del sábado contra la UD Las Palmas será el enésimo «todos juntos podemos» que ha vivido el Espanyol en las últimas dos décadas. Esto de no hacer los deberes durante el curso, y tener que jugártela a cara o cruz al final, empieza a ser un símbolo de nuestro club, como el perico, el escudo o el himno.
El espíritu de ‘Coro’ – la lucha y la fe hasta el final – ha de ser el que nos guie para vencer en un partido en el que nos lo jugamos todo. Y responderemos. Vamos a llenar el campo, habrá un ambiente increíble, los aficionados en la grada lo darán todo y tendremos que rezar para conseguir el enésimo milagro, porque todos sabemos que la UD Las Palmas que perdió de manera vergonzante contra el CD Leganés no es el equipo que nos vamos a encontrar. A nosotros las cosas siempre nos cuesta más.
La UD Las Palmas no se juega nada, pero seguro que no vendrán a pasearse. Las gradas del RCDE Stadium apretarán hasta el final para que los de Manolo hagan trabajo y nos garanticen la permanencia tras la siesta continua que han sido las últimas jornadas ligueras. Nos salvaremos. Estamos muy acostumbrados a estar al borde del abismo, y la experiencia es un grado.
Pero es un fracaso como club llegar así a la última jornada. Porque hace poco más de un mes se hablaba incluso de ir a Europa, y tras cinco derrotas consecutivas volvemos a estar en el abismo. Este sábado toca animar de manera incondicional. Pero ya es hora de exigir un cambio de rumbo. El Espanyol no puede conformarse con ser un equipo ascensor, que es el futuro que nos espera si seguimos con nuestra decadencia deportiva y económica.