No se ha podido escoger mejor día para que el Espanyol Femenino se juegue el ascenso a la Liga F. Y es que un 16 de mayo pero de hace 17 años el primer equipo masculino jugaba otra final, la de la Copa de la UEFA, en Glasgow ante el Sevilla FC. Los penaltis volvieron a dar la espalda a los blanquiazules.
Fue la final de Glasgow la última vez que el Espanyol estuvo a un partido de un título. Vaya, realmente llegó a acariciarlo con las manos. Adriano Correia adelantó al Sevilla FC con un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer Gorka Iraizoz, pero Albert Riera igualó la contienda antes de la media hora de juego con un chute seco que superó a Andrés Palop.
La segunda parte, igualada a más no poder, estuvo marcada por la expulsión por doble amarilla a Moisés Hurtado. El colegiado, Massimo Bussaca, no dudó en mostrar una polémica tarjeta roja al mediocentro en el 68′. Pero el Espanyol aguantó y llevó el partido a la prórroga.
Allí, Frederic Kanouté volvió a poner por delante al Sevilla FC. Parecía que estaba todo visto para sentencia, pero el brasileño Jonatas Domingos, al que en ‘El 1900’ entrevistamos hace unos meses y que guarda un gran recuerdo de su paso por el Espanyol, igualó el duelo a falta de cinco minutos para el final con un disparo lejano. Había esperanzas para los pericos.
Pero como sucedió en la final de Leverkusen de 1988, la tanda de penaltis volvió a dar la espalda al Espanyol. Walter Pandiani fue el único blanquiazul en anotar desde los once metros; Luis García, Jonatas Domingos y Marc Torrejón, que marró el penalti definitivo, fallaron sus lanzamientos, mientras que por el Sevilla FC acertaron Frederic Kanouté, Ivica Dragutinovic y Antonio Puerta, mientras que marró su pena máxima Dani Alves.
17 años después, el Espanyol vuelve a jugar una final. El Femenino se juega su ascenso a la Liga F y, para ello, debe levantar el tanto de Osasuna Femenino encajado en la idea en El Sadar. No se trata de un título, pero es una final de mucha importancia. Chicas, en vuestra mano está.