Más allá de las posiciones a reforzar, Fran Garagarza siempre ha hablado de perfiles más que de nombres. Y en esta línea también se mueve Manolo González. Ambos tienen claro que, con un Espanyol lastrado a nivel económico y con poco margen de maniobra, se han de fijar en jugadores «con energía y con hambre», tal y como indicó el director deportivo en la presentación de Álvaro Tejero y Carlos Romero.
Esta afirmación lleva a un nuevo paradigma en el Espanyol. La poca caja existente para invertir lleva al club y a la parcela deportiva a pensar en otro tipo de jugadores, esos futbolistas que quieran dar un salto en su carrera. Es la actual realidad del club: aspirar a futbolistas que tengan ganas, ilusión y hambre, la palabra clave que comparten Fran Garagarza y Manolo González.
Es por ello que son más que posible que estén sobre la mesa nombres de jóvenes valores que han ido surgiendo en los últimos días, caso de Álvaro Rodíguez, de Víctor Barberà u otro canterano del FC Barcelona, Marc Guiu. Perfiles similares al de Carlos Romero, jóvenes que todavía no han mostrado su potencial y que están deseosos de contar con minutos en la élite. Y en el Espanyol sin duda los tendrían.
Siguiendo con esta línea, se descartaría casi por completo futbolistas que están dando sus últimos coletazos como jugadores, caso de un Manu Trigueros que no ha acabado de convencer a la parcela deportiva, pese a que su llegada estaba próxima. La realidad del Espanyol es, actualmente, la de dar oportunidades a los jóvenes para que se fogueen en Primera división. Fran Garagarza y Manolo González lo tienen claro: hambre, energía y polivalencia.