Regresa a una tierra especial para él, Galicia, uno de los héroes del ascenso a la Liga F, Juan Ignacio Ibarra (Necochea, Buenos Aires, 07/09/1987). Como segundo de Sara Monforte, el argentino mantiene sus dotes de analista y conociendo muy bien al RC Deportivo Abanca ha preparado el partido apoyándose en el aprendizaje que le dejó el encuentro del curso pasado. No podrá sentarse en el banquillo por sanción, pero su confianza en la plantilla es plena y confía en sumar la primera victoria fuera de casa.
-¿Cuánto cambia la vida en una temporada? De entrenar en Segunda y ahora en la Liga F…
Sinceramente sí. Era el objetivo que teníamos y estoy súper contento y a gusto de poder vivir esta experiencia.
-¿Has notado mucha diferencia entre ambas categorías?
Hay cambios en cuanto a que es otro ritmo, otra puesta en escena y hay equipos que son muy poderosos y fuertes, pero hay rivales de 1ªRFEF que también podrían hacerlo bien en la Liga F.
-¿Cómo fue el final de la temporada pasada? Querías seguir, lo haces como segundo… ¿cómo acaba pasando esto?
Fue una decisión que toma la dirección deportiva. Yo tenía el deseo de seguir, pero al final me debo al club, que es el que me dio la oportunidad y desde donde me toque tengo que sumar y hacerlo lo mejor posible.
-¿Cómo es tu relación con Sara Monforte?
Muy buena. Sara Monforte cayó muy bien en el cuerpo técnico, en la forma de trabajar, vino a sumar y la verdad que muy bien con ella desde el día uno.
-Tu debut fue ante el Deportivo Abanca, ¿es un partido especial?
Sí que tiene su punto especial porque al final fue el equipo contra el que nos jugamos el ascenso directo y fue mi primer partido como primer entrenador.
-El equipo llega en un buen momento, ¿a qué se debe?
El grupo al final sigue teniendo la misma idiosincrasia de la temporada pasada. Las jugadoras que continúan saben muy bien en el club en el que están, la entidad que representan y la manera en la que queremos que jueguen. Además, queremos ser un equipo competitivo, tener ese gen del año pasado y las nuevas jugadoras también se han acoplado de una forma espectacular a eso. Esto es lo que hace que estemos donde estamos.
-Se conoce tu sanción por la roja, ¿dos partidos son mucho para lo que pasó?
La expulsión fue mucho. Son momentos en los que las pulsaciones están altas. En ningún momento salió de mi boca ningún insulto, sí que igual las maneras de expresarme con los brazos fueron un poco exageradas, pero no creo que hubiese sido para una roja. Al final fue en una situación en la que creo que si hubiese habido mejor comunicación entre el equipo arbitral, ese balón que se fue fuera claramente, se podría haber pitado y se podría haber evitado una jugada muy clara del rival, por eso mi enfado en ese momento. Es que esa jugada podría haber terminado en un gol del Granada en la última acción de la primera parte. Creo que es exagerado, pero sí que me gustaría poder hablar más con las árbitras y poder intercambiar opiniones, aunque muchas veces no se puede.
*El resto de la entrevista la podréis leer en nuestra edición de papel de este sábado 16 de noviembre