En pocos días, Laia Ballesté Sciora ha vivido muchas emociones: la primera victoria del 2025 y… su estreno en una convocatoria con la selección de Suiza absoluta. El mismo día que al Espanyol Femenino le tocaba enfrentarse al Levante UD, la central se enteró de su citación. Estaba en la prelista, sin embargo, se confirma de que está convocada días antes por correo electrónico. “Me entero porque le llega un email al club. Carol Miranda también me hace sabedora de ello, hasta el lunes a las 14.00 horas que dan la lista definitiva. Me veo ahí y es cuando me entero. Tampoco me lo creía. Al día siguiente me levanté y dije voy a ver el correo y era verdad”, desvela la ’14’ perica en exclusiva a ‘El 1900’.
Aufgebot / Sélection / Convocazione
— 🇨🇭 Nati (@nati_sfv_asf) March 24, 2025
🇨🇭🆚 🇫🇷
📆 4.4 🕗 20:00
🏟️ kybunpark, St.Gallen
🎟️ https://t.co/LvDlnGCgvt
🇮🇸 🆚🇨🇭
📆 8.4 🕕 17:45 CET
⚽ Öffentliches Training / Entraînement public / Allenamento pubblico: 31.3, 17:15, next to Letzigrund pic.twitter.com/cFLa9eOAVT
La central de L’ Ampolla no está nerviosa, sino que considera esta llamada “ilusión” porque “no es que le deba a mi madre y a mi abuela, sino que siento muy profundas esas raíces”. Laia Ballesté, que cuenta con la doble nacionalidad, española y suiza desde hace tres años y medio, ha tenido siempre claro que quería jugar con Suiza porque “mi madre llega a España con 12 años por la enfermedad de mi abuelo, que muere de cáncer a los dos años. Yo empecé a jugar a fútbol a los 5 años, hacía fútbol y natación y al final me quedé con el fútbol y era mi madre la que hacía esos sobre esfuerzos de te llevo a este campo, entreno, partido… Al final es como devolverle a mi madre el tiempo que ella ha invertido en mí hasta el día de hoy”.
Su estreno con la número 23 del mundo, según el ranking FIFA, es “un orgullo”, aunque “tampoco creo que sea un regalo porque es el esfuerzo del día a día, tanto ahora con el Espanyol como en todos los clubes en los que he estado. Se está viendo reflejado mi trabajo y creo que este año estoy aprendiendo mucho y en un nivel bastante alto”. Suiza sabe que puede contar con la central porque, tal y como explica la ’14’ perica “se lo digo a mi representante que me gustaría poder jugar con Suiza, pero ahora lo veo muy lejano, pero que sepan que si me llaman voy. Fue ahí cuando empezó a hablar, consiguió entrar en el entorno de la selección y poco a poco hemos empezado”.

Laia Ballesté podrá tener la oportunidad de debutar en la Nations League ante Francia o Islandia, pero su principal expectativa es “disfrutar” a la vez que quiere busca demostrar que “también estoy en que pueden contar conmigo, puedo enseñarles el nivel que estoy dando en el Espanyol y a ver si puedo tener continuidad”. No considera que esta convocatoria sea “mérito individual”, sin que “es una recompensa individual, pero todo el staff invierte mucho tiempo en lo que es la jugadora, el día a día y en los pequeños detalles. Al final es lo que marca la diferencia a nivel de jugadoras y el poder haber llegado ahí es por el trabajo grupal que se está haciendo porque ayuda a lo individual porque sola no hubiera llegado esta llamada”.
Este verano, se celebra en Suiza la Eurocopa Femenina. Sin tiempo para pensar si la jugará o no, Laia Ballesté confirma que no se la marca como un objetivo, ya que “voy allí a disfrutar, a enseñarle quién soy, como trabajo y que puedo aportar”. Aun así, asegura que “si llega sería lo máximo y me llevo a todo mi equipo porque también sería gracias a ellas”.
«Le agradecí a mis compañeras el no sentirme desprotegida»
Laia Ballesté está disfrutando en el Espanyol Femenino. Firmó el pasado verano por dos temporadas como perica por dos motivos: Carol Miranda y al ser la segunda vez que la entidad quería ficharla. «Estuve en Valencia y entonces estaba ella. Después de estar a 900 kilómetros de mi casa también era el momento de volver cerca y se lo dije a mis padres. El Espanyol en sus tiempos ya me había llamado para venir. Estaba Joan Bacardit y viene a hacer unos entrenamientos, pero me pasó lo mismo que con el Barça. Al final era inviable de que mis padres me trajeran. Entonces decidí tirar hacia Valencia. De ahí conozco a Carol Miranda y la oportunidad, porque apuesta por mí y yo en cierto modo también dije de apostar por ella», recuerda con un tono ilusionado.
El vestuario del conjunto perico es una familia. Staff y plantilla están muy unidos y en el caso de Laia Ballesté se define como «una persona muy peculiar. No me hago de buenas a primeras con todo el mundo, necesito mis tiempos para asentarme en el lugar». Pero, se atreve a desvelar quién es la jugadora que mejor le ha ayudado a adaptarse: «De haber jugado en contra y de haber tenido nuestros más y nuestros menos diría que con Paula Perea conecté desde el principio» confirma, pero «de todos modos somos un grupo que todas nos llevamos muy bien».
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— RCD Espanyol Femení (@RCDEFemeni) March 26, 2025
A la central blanquiazul le costó hacerse con la titularidad. Consciente de dónde estaba, quería crecer y tener minutos. Encontró una solución al darse cuenta y decide en ese momento «tener alguna conversación con Sara Monforte para poder mejorar y entrar un poco más en el rodaje de partidos. A partir de ahí me exige más y yo igual. Entre esa exigencia entrenadora-jugadora creo que es lo que me hace estar a día de hoy a este nivel» porque «en los equipos en los que he estado no he tenido entrenadores como tal». Este trabajo también va relacionado en que Laia Ballesté se fija y aprende de Amaia Martínez, Júlia Guerra y Simona Botero con las que comparte posición. «Recojo un aprendizaje de cada jugadora y digo esto tengo que enfocarlo así, desde el enfoque de querer mejorar», detalla.
«Nunca había tenido un vestuario así, somos un puto equipazo»
Laia Ballesté, jugadora del Espanyol Femenino
La internacional perica está volviendo a disfrutar del fútbol con el Espanyol Femenino. No ha pasado por momentos fáciles Laia Ballesté que asegura que ha encontrado su sitio en la CE Dani Jarque con un equipo que ha demostrado estar muy unido y ser una familia: «Somos un grupo que colectivamente somos muy buenas, no somos un equipo de individualidades y eso hace disfrutar. Las compañeras que tengo son geniales, nunca había tenido un vestuario que digas puedo contar con ellas».
También, reconoce que «durante la temporada tuve un momento personal un poco malo y en el partido que jugaba sabía que si me pasaba algo tenía a todas conmigo. Ese sentimiento que tenemos de familia se lo agradecí y les dije gracias chicas, no me he sentido desprotegida, me he sentido fuerte y somos un puto equipazo. El disfrutar es eso. Estoy entendiendo el fútbol y es algo que antes nadie me había enseñado a enfocarlo de esa manera. Sara Monforte es una entrenadora que te hace entender el juego y como actuar con las rivales. Eso es lo que me motiva cada día para venir a entrenar».