Leandro Cabrera se medirá este viernes al Getafe CF, club en el que empezó a consolidarse en Primera división después de una larga trayectoria en Segunda. Precisamente desde Madrid llegó al Espanyol en enero de 2020, después de dos años siendo titular indiscutible para José Bordalás. El ‘Lele’ , que acaba de cumplir 200 partidos de Liga con la camiseta del Espanyol, afronta el encuentro en uno de sus mejores momentos desde que llegó al conjunto perico y se ha ganado la continuidad en el club en el campo. El club en las últimas semanas le ha ofrecido la renovación, ya que su contrato acaba al final de esta temporada.
El central uruguayo, pese a guardar un gran recuerdo de su paso por el Getafe, es de los que deja la nostalgia a un lado cuando salta al terreno de juego. Leandro Cabrera dejó grandes amigos, pero, sobre todo, le marcó Bordalás. En su presentación como nuevo jugador azulón, el central ya tuvo unas palabras hacia el técnico y valoró que se hubiera interesado tanto por su situación. “Cuando salió la oportunidad fue con el consentimiento del entrenador, ya que nos conocemos de ser rivales. No era la primera vez que quería que estuviera en su equipo. Al final se dio y cuando alguien demuestra interés tres veces para trabajar con uno, eso motiva. Solo me ha expresado que está contento de tenerme aquí”, reconoció Cabrera hace unos años. Y es que el técnico ya lo quiso incorporar estando en otros equipos y en el verano de 2017 cuando se fue al Crotone del Calcio.
Lo quiso recuperar siendo perico
Bordalás regresó al banquillo del Getafe a finales de abril de 2023 para revertir una complicada situación y pocos meses después volvió a pensar en Leandro Cabrera como la opción preferida para mejorar el rendimiento defensivo de su equipo. En verano ya se interesaron por su situación y en enero de 2024 volvieron a la carga ante la posible salida Domingos Duarte al Flamengo, que al final no se dio. El entrenador alicantino quiso recuperarlo para la causa y, para ello, lo llamó directamente. Le explicó la situación y le invitó a volver a la capital si los clubes alcanzaban a un acuerdo. Pero, aunque la baza Bordalás le daba cierta ventaja al Getafe, Leandro Cabrera no se movió del Espanyol.

En Getafe no olvidan el gran rendimiento que el central uruguayo ofreció durante su etapa en el Coliseum. Bordalás, tras conocer que el Espanyol pagaba su cláusula de nueve millones de euros, reconoció que Cabrera era como “un hijo” para el club madrileño. El técnico perdía a uno de sus jugadores intocables. A uno de los líderes del vestuario y así lo explicó el alicantino: “Era un jugador importantísimo para nosotros. Todo fue inesperado y muy rápido. Siempre que se marcha un jugador no es una buena noticia. Cabrera es un chico que nos ha dado mucho. Aposté por él cuando no tenía mercado en Primera división. El Getafe hizo mucho por su crecimiento y él también. Es un chico al que todos le tenemos mucho cariño”, manifestaba, deseándole toda la suerte del mundo.
El Getafe FC, clave para Cabrera
El Getafe marcó un antes y un después en la carrera de Leandro Cabrera, ya que fue el club en el que se consolidó en Primera división. El ‘Lele’, que empezó muy joven en Uruguay, tuvo que picar mucha piedra en España antes de llegar a la élite. Con solo 18 años llegó al Atlético de Madrid considerado una de las grandes promesas del fútbol sudamericano. Aterrizaba en LaLiga después de haber debutado muy pronto con la selección sub-20 de Uruguay y en Primera división con Defensor Sporting con solo 17 años.
Como la mayoría de jugadores sudamericanos que llegan jóvenes a nuestro país, su adaptación no fue sencilla, pese a no tener problemas con el idioma. Sus inicios no fueron fáciles y así lo reconoció durante su etapa en el Getafe en el programa Hora Azulona. “Vine al Atlético, pero no estaba preparado mentalmente para hacerlo. Me extrañaba ya antes de irme de Uruguay. Regalé mis dos primeros años en España hasta que tuve la suerte de ir cedido al Numancia. Allí coincidí con Pablo Machín, que debutaba en Segunda, y me dijo que llevaba dos años viéndole las orejas al lobo y que esta podía ser mi última oportunidad. A partir de ahí empecé a disfrutar de lo que es el fútbol y competir como lo había hecho siempre en mi país, aunque por cuestiones de inmadurez no lo estaba haciendo acá”, reconoció.
Pese a esos duros inicios, no se arrepiente de esa decisión que tomó. “En esos momentos sufrí. Lo pasé mal al estar lejos de casa. Esa experiencia me hizo crecer muy rápido. Siempre fui muy de mi casa, de mi gente, y me tuve que desprender un poco de todo eso. Lo extrañaba, pero mi sueño siempre fue jugar acá. Me costó afianzarme en Primera, pero valió la pena cada paso que di”.
En Getafe encontró un nuevo hogar, al igual que en Barcelona donde llegó en enero de 2020. Desde el inicio fue importante y ya es historia del Espanyol, siendo el quinto extranjero con más partidos. Solo cuatro leyendas como N’Kono, Pochetino, Lauridsen y Kameni le superan.