El Espanyol desaprovechó una gran oportunidad para cerrar la temporada. El fútbol es un deporte de equipo en el que la calidad muchas veces marca las diferencias, aunque la balanza también la puede decantar el no poner la misma intensidad y actitud que el rival. Y esto le ha pasado al Espanyol en Butarque, donde solo compareció al final cuando los locales levantaron el pie del acelerador. Ante el CD Leganés, el conjunto perico ofreció una imagen muy pobre. Sufrió una derrota que hace daño, ya que se vio a un Espanyol que hacía mucho tiempo que no se veía y que fue claramente superado. Desde el once inicial, al plan de partido, pasando por el rendimiento de los jugadores nada salió. Fue un partido para olvidar y para recordar que el objetivo de la salvación aún no está logrado.
Manolo González, ante las bajas de Omar El Hilali y Pol Lozano, decidió apostar por Fernando Calero en el lateral derecho, Alex Král en el sitio del ‘10’ perico y Jofre Carreras por Antoniu Roca. Sorprendía a todos dejando a Calero en el banquillo. Una victoria del Espanyol significaba certificar de manera matemática la salvación antes del derbi, mientras que CD Leganés afrontaba el duelo como una de las últimas balas del cuadro de Borja Jiménez para engancharse a la salvación, ya que una derrota sería un golpe muy duro.
El CD Leganés salió muy fuerte, aunque la primera aproximación fue para el Espanyol. Tras una rápida transición, Carlos Romero metió un centro peligroso al que no llegó Roberto. Una buena jugada a la que respondió el conjunto local con un remate de Raba que salió cerca del palo. El CD Leganés estaba llegando muy bien por la izquierda. Quería marcar lo antes posible.
Al conjunto madrileño no le valía el empate y estaba arriesgando ante un Espanyol desconocido. Pronto se vió que los espanyolistas no eran los de las últimas jornadas. Los madrileños, con una presión muy alta, intentaban forzar el error del conjunto de Manolo González. Sus intenciones estaban claras y solo tardaron diez minutos en superar a Joan Garcia, aunque el tanto no subió al marcador, ya que Jorge Sáenz remató ligeramente adelantado. El Espanyol no estaba bien posicionado en el verde. No se encontraba cómodo y veía como el joven Diomande le creaba mucho peligro por su banda.
Los espanyolistas eran incapaces de hacerse con el control del balón. No podían triangular y no se les veía con la misma intensidad que en anteriores partidos. En el 23’, Cisse lo volvió a probar, pero su remate salió fuera por poco, mientras que Expósito no supo cabecear con acierto otro gran centro de Romero.
Un grave error defensivo, el principio del fin
La falta de intensidad quedó manifestada en el 33’. Urko perdió un balón dentro del área, al querer jugarlo en una acción de salida fácil. El CD Leganés presionó muy bien. Raba le robó el esférico dentro del área para dar el pase de la muerte a Cissé, que solo tuvo que empujarla al fondo de las redes. Con el marcador a favor, los locales tenían el partido donde querían ante un Espanyol que estaba sufriendo. Y el CD Leganés olió la sangre. Se fue a por el segundo para encarrilar más el partido, ya que veía a un rival tocado. Y a poco para el descanso, Diomandé, el jugador más destacado del primer tiempo, encaró a su rival, entró en el área, y no perdonó en el mano a mano. El CD Leganés se iba al descanso con un triunfo merecido tras mostrar un mejor fútbol y tener más ocasiones ante un Espanyol desconocido.
El plan de partido había fracasado totalmente con lo que Manolo González modificó el once en el descanso dando entrada a Álvaro Tejero y Alejo Véliz. Pero volvieron a ser los locales los que salieron más intensos. Estaban con confianza. Como la que tuvo Renato Tapia para buscar el gol con un lanzamiento desde casi el centro del campo. Y esa fe es la que le faltó a Alejo Veliz para rematar un nuevo centro de un incisivo Carlos Romero.
El Espanyol quería agarrarse al partido y empezó a estirarse. Buscaba un gol con el que meter el miedo en el cuerpo a los de Borja Jiménez. Pero las escasas esperanzas se truncaron a las primeras de cambio. Raba lanzó una falta lateral con peligro. Joan no pudo hacerse con el balón que rebotó en Kumbulla para acabar entrando en la portería. Un gol que confirmaba que no era el día y que nada salió bien.
Con el partido sentenciado, Manolo González dio descanso a Puado y Roberto pensando en el derbi del próximo jueves. Pero entonces llegó la emoción, Cabrera anotó un tanto que daba algo de esperanzas al cabecear al fondo de las redes. Y estas esperanzas pudieron aumentar con un golazo de Cheddira, en el 88′, que el colegiado anuló por un fuera de juego muy ajustado. El espanyolista, con un latigazo, silenció el estadio. Tras ser revisado por el VAR, Butarque respiró, pero aún no pudo hacerlo del todo. Quedaba poco, pero había tensión.
Cheddira y Carlos Romero tuvieron el gol, pero se toparon ante Dmitrovic, mientras que Pere Milla maquilló el resultado con un gol en el último instante. Un tanto que confirmó que si el equipo hubiera sido más valiente y se lo hubiera creído antes, podría haber logrado un resultado positivo.
Ficha técnica:
CD Leganés: Dmitrovic, Rosier, Sáenz, Tapia, Alti, Cissé, Neyou (Darko, 79′), Raba (Óscar Rodríguez, 73′), Diomandé, Munir (De la Fuente, 88′) y Diego (Duk, 88′).
RCD Espanyol: Joan Garcia, Calero (Tejero, 46’), Kumbulla, Cabrera, Romero, Urko, Král (Alejo Véliz, 46’), Edu Expósito, Jofre (Antoniu Roca, 61′), Puado (Pere Milla, 72′) y Roberto UCheddira, 72′).
Goles: 1-0, Cissé (33’); 2-0, Diomandé (42’); 3-0. Kumbulla (pp) (63′); 3-1, Cabrera (79′); 3-1, Pere Milla (96′).
Árbitro: Alberola Rojas (Comité Castellano-manchego): TA: Puado (46′), Raba (61′) y Cabrera (73′).
Incidencias: Butarque. 11.669 espectadores.