Luis García, tras conceder varias entrevistas a los medios desplazados hasta Marbella, ha hablado para los canales oficiales del RCDE Espanyol. El técnico espanyolista está cumpliendo un sueño, ya que su sentimiento por el Espanyol está por encima de todo. Nunca lo ha escondido y así lo ha reconocido en esta entrevista. “Cuando me llamó el Espanyol lo primero que me vino a la cabeza fue que cumplía el sueño de volver al club que me dio todo como jugador. Sé que tengo una gran responsabilidad, pero lo asumo con la ilusión de sacarlo adelante. La pasada campaña no fue posible salvar la categoría, pero iniciamos ésta con la ilusión multiplicada por la confianza en el trabajo, por nuestra apuesto de juego y por el amor por el club”.
El técnico subraya que la plantilla y el cuerpo técnico son conscientes de la responsabilidad que tienen. “Tenemos que devolver a un club con mucha historia a Primera, aunque nos espera una categoría muy complicada y larga”. En este sentido, Luis García ha dejado claro que “ni el escudo ni la historia nos van a dar el ascenso”. “El escudo es la leche, la historia también, pero la historia y el escudo no juegan cada día. Hay que ser conscientes de que nos vamos a encontrar una categoría tremendamente larga, muy exigente y en la que pasaremos por diferentes momentos”, ha añadido. Ahondando más en esta reflexión y haciéndose eco de las palabras del director deportivo, Fran Garagarza, Luis García ha asegurado que “nos tocará remar con remos, brazos, piernas y hasta con las orejas, porque el camino va a ser largo. El ascenso no se va a conseguir en diciembre, ni en marzo. Hay que ser pacientes, conscientes y exigente en el día a día”.
Durante esta pretemporada, Luis García no solo tendrá que realizar tareas de entrenador, sino también otras más personales, ya que algunos de los jugadores que están en Marbella no tienen del todo claro su futuro. “Se nos ve como entrenadores, pero tenemos que hacer de psicólogos, de padres con los chicos que vienen de abajo, de consejero… Tenemos que estar cerca del jugador y entrenar. No es fácil gestionar un grupo, porque cada jugador es diferente, pero lo primero siempre es la persona y luego, el futbolista”, ha resumido.