Nueve jornadas quedan para acabar la Liga y para decir hasta nunca a la Segunda división. No será un camino fácil, pero soy más optimista desde que Manolo González se hizo cargo del primer equipo. Y no por el importante hecho del relevo en el banquillo, sino porque desde que se marchó Luis García ninguna voz autorizada del club había sido tan taxativa a la hora de afirmar que el Espanyol es de Primera y que tiene que ascender sí o sí. Gracias Manolo por hablar como un perico y por defender la historia de la entidad blanquiazul.
El equipo podrá jugar mejor o peor, ganar o empatar (nunca perder) pero el vestuario cree ciegamente en su técnico. Manolo González ha ‘reconvertido’ las individualidades en un grupo unido que va a luchar hasta el final por el único objetivo de la temporada: el ascenso. El entrenador gallego llegó este año de la mano de Fran Garagarza, pero desde pequeño su sentimiento perico era y es irrenunciable. Por ello es consciente de lo mucho que se está jugando el Espanyol. Y eso, después de donde veníamos, es casi una garantía de ascenso. Sus manifestaciones evidencian un alto altruismo hacia el club blanquiazul. Prevalece, para él, el ascenso por encima de su persona, como se puede leer en la entrevista realizada en esta edición de ‘El 1900’. No piensa en si entrenará o no al primer equipo la próxima temporada sino en dejarlo en Primera. Eso es de agradecer. Los personalismos no llevan a ninguna parte y, en este nuestro Espanyol, vamos sobrados de ellos.
Las nueve finales que quedan deben afrontarse centrándose únicamente en el Espanyol. Lógicamente, hay que estar atentos a los rivales directos, pero es más importante preocuparse por lo que haga el equipo que por los adversarios.
En estos momentos, el ascenso directo está a un punto y es vital tratar de meterse en los dos primeros puestos para evitar el temido play-off. Manolo (de nuevo, gracias) es consciente de ello y trabaja con los jugadores para empezar a cambiar de verdad la trayectoria blanquiazul en esta recta final sin lugar a titubeos. La afición, como siempre, será el jugador más importante para presentar la candidatura en firme a Primera.