Ha sufrido el Espanyol la marcha de su delantero franquicia, Martin Braithwaite. El máximo goleador de LaLiga Hypermotion el pasado curso y uno de los grandes artífices del ascenso blanquiazul decidió ejecutar la cláusula que le permitía obtener su carta de libertad en el último día de validez. Y dejó a Fran Garagarza con un grave problema entre manos.
La relación de Martin Braithwaite con el Espanyol ha sido de amor y odio. Amor por los goles anotados, los bailes realizados y las palabras que parecían indicar que había encontrado su sitio. Pero de odio debido a que nunca se sintió valorado por la propiedad ni por los responsables deportivos -llegó a calificar de vergüenza la oferta que le plantearon para renovar-, lo que le ha llevado a escoger su libertad y poner punto y final a su etapa como blanquiazul. Pero no ha gustado nada a los pericos que lo haya hecho horas antes de que esa cláusula expirara.
Situación diferente pero con desenlace similar vivió el CD Leganés en febrero de 2020. La lesión de larga duración de Ousmane Demebele permitió al FC Barcelona fichar fuera de plazo y no dudó en pagar los 18 millones de euros de la cláusula estipulada de Martin Braithwaite, que abandonó Butarque para convertirse en azulgrana. El club culé dio de baja a Demeblé, lesionado por más de cinco meses, y se acogió a una norma ya modificada: podía hacerse con un jugador, pero solo de la liga española. Y el danés fue el escogido. El club azulgrana pagó la cláusula y dejó al CD Leganés sin nada que hacer.
Ese golpe marcó un antes y un después esa campaña para el CD Leganés, que perdió a su máximo artillero. Los ‘pepineros’, entrenados por Javier Aguirre, acabaron descendiendo. Y ello creó una herida a tres bandas entre entidad madrileña, FC Barcelona y el propio Martin Braithwaite. Una maniobra legal en ese momento, pero moralmente dudosa. Y más teniendo en cuenta que el CD Leganés se quedó atado de pies y manos, puesto que no pudo buscar un sustituto fuera de mercado: la RFEF no se lo permitió.
No es el mismo caso, pero nuevamente hay polémica similar en la marcha de Martin Braithwaite de un club. El Espanyol, por lo menos, tiene casi todo el mercado estival para tratar de encontrar un sustituto de garantías al danés, aunque la economía blanquiazul no permita grandes dispendios.