El Espanyol ha bajado a Segunda división en seis ocasiones y en las seis logró regresar a Primera por la vía rápida, solo un año después. Pero, ¿cómo fueron esos regresos a la élite? Es lógico pensar que para un equipo que acaba de subir, ese primer año tras el regreso siempre es complicado, y así fue en algunas ocasiones en el caso de los pericos. Eso sí, nunca se ha vuelto a perder la categoría un año después de recuperarla.
De los cinco precedentes en los que el Espanyol volvía a Primera en dos casos hubo un cese de entrenador, aunque realmente a uno de ellos hay que ponerle un asterisco, ya que se trata del caso de Vicente Moreno. Al de Massanassa lo despidieron a falta de dos jornadas tras haber logrado la permanencia para evitar pagar una compensación económica cuando ya se tenía claro que se quería prescindir de sus servicios. En este sentido, el único ejemplo en el que podemos hablar de cese por motivos deportivos se produjo en la temporada 1963-64, cuando Pedro Areso fue sustituido tras la disputa de 12 partidos en los que apenas se lograron dos victorias. Su puesto lo ocupó Pere Solé.
Dar continuidad
Hay que destacar que en el paso de Segunda a Primera división se decidió cambiar al inquilino del banquillo en tres de los cinco precedentes anteriores al ascenso con Manolo González. En ese 1963 Areso ocupó el cargo que dejó vacante Heriberto Herrera; en 1970 el eslovaco Ferdinand Daucik ocupó el lugar de Rafael Iriondo; y en 1990 se optó por fichar a Luis Aragonés tras haber logrado el ascenso con Juanjo Díaz. En cambio, en 1994 y en 2021 se dio continuidad a los proyectos iniciados en Segunda con José Antonio Camacho y Vicente Moreno, respectivamente, tal y como ha ocurrido también este verano con Manolo González.
Y a nivel de resultados, ¿cómo le fue al Espanyol en esos años? Seguramente la temporada en la que se vivió más al límite fue la 1963-64, cuando se tuvo que jugar la promoción de permanencia en Primera contra el Sporting de Gijón perdiendo 1-0 en la ida en El Molinón. El 3-0 de la vuelta en Sarrià dejaba al Espanyol en la máxima categoría. En la 1970-71, con Daucik, se pasó el curso con cierta comodidad. Costó arrancar, ya que apenas se sumó un punto en las tres primeras jornadas y eso llevó a los pericos a ocupar la última plaza. Sin embargo, excepto en un par de jornadas durante el primer tercio de la competición, el Espanyol estuvo siempre fuera de los puestos de peligro para acabar undécimo con 25 puntos. Dos décadas después llegaría la temporada de Luis Aragonés en el club perico. Durante la primera vuelta se estuvo siempre en la zona media de la tabla, hubo un pequeño bajón en el ecuador de la competición y también en el tramo final. De hecho, se llegó a la última jornada en puestos de promoción. Por suerte, un triunfo por 3-1 contra el Atlético de Madrid permitió respirar tranquilos.
Con Camacho, el mejor
Con José Antonio Camacho en la 1994-95 se vivió el regreso más exitoso a la élite. Se acabó en sexta posición y se llegó a ocupar el liderato en la segunda jornada. El equipo se quedó a las puertas de jugar en Europa, un objetivo que se lograría solo un año después. Finalmente, con Vicente Moreno en la 2021-22, el Espanyol tuvo un regreso plácido a Primera. Aunque quizá el juego del equipo no convenció, el técnico valenciano logró mantener a los blanquiazules durante todo el curso en la zona media. De hecho, la peor posición fue la decimosexta plaza que se ocupó en dos ocasiones en las primeras cinco jornadas. Luego, no se bajó del puesto 14.