Uno de los mejores movimientos del mercado de fichajes del Espanyol ha sido la vuelta de Roberto Fernández. El delantero, que firmó hasta 2031 con el cuadro perico, está donde quiere estar y donde ha sido feliz con Manolo González, un entrenador que le ha marcado y que fue clave para su regreso. La afición perica también fue muy importante porque desde el primer día sintió esa conexión especial que ha tenido mucho peso.
El de Puente Genil reconoció a los compañeros de ‘Llobregat Blanc i Blau’ que «tuve bastantes ofertas, pero esa conexión con la grada, con el club y con la gente de dentro de la entidad me hizo sentir que estoy en casa y que puedo demostrar quién soy. Es lo que uno siente, por eso decidí quedarme». Esta decisión la tomó única y exclusivamente Roberto Fernández porque no recibió presión por nadie externo, ni por su propia agencia de representación: «Al final mis agentes hacen lo que yo les pida y les pedí el Espanyol. Con eso fueron a por todo en una negociación para llegar al Espanyol».
La figura de Manolo González también fue muy importante para que el ‘9’ se decantara por el Espanyol. Su relación con el técnico es «genial. Fue el que me dio la oortunidad y gracias a él estoy siendo mejor futbolista» y ante esta situación desveló que «con otro entrenador puede ser que me hubiese pensado más el volver. Hay técnicos que marcan y él lo hizo por la confianza que me demostró desde primera hora, de como quería trabajar y como le gustaban los delanteros».
Un partido que siempre recordará Roberto Fernández es el de la salvación ante la UD Las Palmas. Con el objetivo cumplido, al delantero le tocó despedirse y cuando cogió el micrófono para dirigirse a la grada recordó que «no sabía qué decir, estaba todo en el aire. Me quería quedar, pero si al final no me quedaba, no era culpa mía, es porque no se daba. Me salió decir que pasara lo que pasara era un perico más por esa conexión desde el principio. Quería dejar claro que el sentimiento que me había nacido con la afición perica».