Verónica Boquete Giadáns (Santiago de Compostela, 1987), un jugadora referente en el fútbol femenino, jugó en el Espanyol Femenino durante tres temporadas. La centrocampista gallega jugó en Primera división, vivió una etapa en la que el equipo era de los más importantes de España –ganó una Liga y alzó dos Copas de la Reina, una en 2008 y otra en 2009– y llegó a lucir el brazalete de capitana. Durante su carrera ha pasado por ocho países encontrándose en las filas de la Fiorentina de la Serie A peleando por ganar la Copa Italia y conseguir la clasificación para la Champions.
-Uno de los clubes que te dio la oportunidad de jugar en Primera división fue el Espanyol Femenino, a día de hoy, ¿sigues la actualidad del equipo?
Sí, aunque en los últimos años quizás un poco menos por la categoría en la que están. Todos tenemos el recuerdo del Espanyol Femenino al máximo nivel, siendo uno de los mejores equipos de España y ganando títulos. Ahora la realidad es muy distinta. A principio de temporada pregunto para saber cual es el objetivo y si vamos a conseguir el ansiado ascenso. La verdad es que me da un poco de pena ver al club que no tenga el equipo en Primera división porque tanto el Espanyol como la afición se lo merecen y es donde estábamos acostumbradas a estar.
-¿Cuál es tu mejor recuerdo en el Espanyol Femenino?
Tengo muchos y a mucha gente que durante esos tres años viví experiencias, momentos buenos y malos. Todo ha formado parte de mi proceso y del Espanyol Femenino. Pero si tengo que decir uno me quedaría con el recuerdo de alguna Copa de la Reina, sin olvidar las finales perdidas o algunos momentos malos que me han ayudado a nivel personal a ser mejor.
-En Galicia apenas había equipos de fútbol femenino y tuviste que irte a Zaragoza y al Espanyol, ¿qué te hizo en ese momento fichar por el Espanyol?
El Espanyol era uno de los clubes importantes y que ganaba títulos. Decidí no venir antes porque quería una etapa intermedia, un proyecto en el que podía ser protagonista y poder curtirme. Esto lo encontré en Zaragoza, donde pelee por el descenso y viví situaciones que en un club grande no sientes. Después llegó el momento de dar un paso más. Tuve tres opciones de los mejores equipos y me decidí por el Espanyol en el momento en el que vine a Barcelona. La ciudad me enamoró, me veía allí y al conocer un poco más el club y a los aficionados, el Espanyol fue la única opción.
-¿Cómo ha cambiado el Espanyol desde que tu jugaste, que era un referente, a ahora que está en Segunda división?
Ha cambiado por completo. Es más, creo que en todos estos años se ha ido dejando caer. Cada vez hay menos inversión y menos compromiso por la sección femenina. No se iban haciendo las cosas bien y otros clubes han ido creciendo. Es una pena porque nosotras ya estábamos en la élite y hemos bajado.
*El resto de la extensa entrevista la podrás leer en nuestra edición de papel de este sábado 2 de marzo.