Los encuentros entre el Espanyol y el Girona FC han pasado de la relativa calma de los choques coperos de los años cuarenta del siglo pasado, que registraban goleadas y titulares como: “Se impuso la superioridad técnica blanquiazul en un partido entretenido por la rapidez y coraje de ambos conjuntos”, se ha pasado a los codazos, nervios, insultos y cartulinas que vuelan hacia uno y otro bando con una temporada récord de 14, nueve para el Girona y cinco para el Espanyol.
La mecha se prendió en la temporada 2018-19, aunque, como previa ya se vieron maneras en el primer enfrentamiento liguero entre ambos conjuntos. Los rojiblancos dirigidos por Machín en la 17-18 se impusieron en Cornellà por 0-1 y el estadio estalló. “Quique vete ya”, “Directiva dimisión” y “Estamos hasta los huevos”, fueron algunas de las opiniones que expresaron los seguidores pericos. La vuelta en Montilivi tuvo otro percal y ya sin Quique Sánchez Flores y con David Gallego en el banquillo, el Espanyol se llevó la victoria por 0-2 y de paso dio un porrazo a los gerundenses para que despertasen del sueño de aspirar a Europa.
La nariz de David López
Una víctima habitual en estos choques ha sido la nariz de David López, que precisamente fichó por el Girona FC tras ver cómo el Espanyol no le renovaba su contrato. De entrada, en estos cara a cara, el exespanyolista Stuani le provocó una fractura nasal con un codazo que le obligó a usar una máscara protectora. El charrúa insistió en los siguientes partidos y al tercero, su actual compañero en el Girona le abroncó: “Es totalmente indecente, la he visto mil veces repetida y creo que es una agresión que hace con voluntad. Es una acción temeraria, me tiene cogido, sabe dónde estoy y deja ir el codo hacia atrás”.
La tensión de esa campaña 18-19 se tradujo en cánticos de “A Segunda, a Segunda” dirigidos al Espanyol en el feudo gerundense. El delegado José María Calzón insultó a un seguidor y se abrió una nueva polémica, pese a las posteriores disculpas. Al final, sin embargo, quien acabó descendiendo resultó el Girona, mientras que los blanquiazules se clasificaron para Europa.
El siguiente enfrentamiento tuvo lugar en la categoría de plata. En esa campaña 2020-21 siguió el pique y el Espanyol sufría a finales de noviembre la primera derrota de la temporada como local, 1-2. En la vuelta, la decena de ocasiones claras de gol que dispusieron los pericos se estrellaron contra el portero Juan Carlos y al Girona le valió el gol de Pablo Moreno para ganar. Un resultado que no afectó ni al liderato ni al ascenso espanyolista.
La tecla de la polémica
El reencuentro en Primera de la 2022-23 volvió a teñirse de cartulinas amarillas y rojas con un total de 13 tarjetas en los dos partidos. El Espanyol remontó el gol en contra de Toni Villa, con los tantos de Javi Puado y Joselu, pero el experico Yangel Herrera igualó y apretando de nuevo la tecla de la polémica se puso el dedo índice en la boca en gesto de hacer callar al respetable. El Girona mantenía su imbatibilidad en Cornellà
En Montilivi, el árbitro Ortiz Arias con sus decisiones embarulló el partido. Saltaban chispas por doquier y el duelo estuvo marcado por dos lances clave, la expulsión de Sergi Gómez en el 83’ por roja directa y el riguroso penalti en la recta final, a instancias del VAR y muy protestado por los de Diego Martínez, al considerar que no había nada punible. Al final, 2-1 que dejaba a los pericos al borde del abismo.
Esta temporada el Espanyol volvió a Montilivi, pero el partido no tuvo ninguna historia, ya que el Girona FC lo había dejado totalmente sentenciado al marcar cuatro goles en la primera vuelta. Una humillación histórica con la que el Espanyol tocaba fondo (4-1).