Keita Baldé vivió su mejor noche en el Espanyol. Con su actuación ante el Real Valladolid en Copa presentó su clara candidatura para ser titular en Liga, algo que todavía no ha podido conseguir con la blanquiazul. El delantero catalán era el as que se guardó Fran Garagarza en la recta final del mercado de fichajes. El anuncio de su llegada ilusionó al espanyolismo, pero hasta el partido de este martes en Copa, el ‘9’ espanyolista no había podido demostrar su fútbol. Ante el conjunto pucelano se mostró como un jugador que puede ser muy interesante en lo que queda de temporada y en el futuro. Tiene fútbol. Hambre y, sobre todo, esa condición de líder que tanto está encontrando a faltar esta plantilla.
Ante el Valladolid, Keita Baldé formó dupla atacante con el canterano Omar Sadik y dejó grandes sensaciones. Fue el partido en el que más protagonismo ha tenido desde que llegó al Espanyol. El de Arbucies debutó en la cuarta jornada, a los pocos días de incorporarse al equipo, pero en su estreno sufrió una lesión muscular que le dejó un mes alejado de los terrenos de juego. Ya no volvió a jugar hasta la jornada diez en Villarreal. La lesión y el no realizar la pretemporada con el equipo complicaron que tuviera protagonismo con Luis García. Y también con Ramis en Liga. En las 18 jornadas disputadas, solo ha jugado en nueve encuentros, acumulando un total de 101 minutos.
Keita aún no ha sido titular en Liga, mientras que en las dos eliminatorias de Copa salió de inicio. Jugó los 90 minutos ante el Mensajero, mientras que ante el Valladolid fue sustituido por Aguado en el 89’, siendo despedido entre aplausos por su gran actuación.
A Ramis, que ya anunció que lo prefiere como referencia arriba, se le presenta toda una papeleta en ataque. Y bendita papeleta. Keita Baldé ha demostrado que está listo para ser de la partida. El delantero está con hambre. Quiere tener protagonismo en este Espanyol. Ha llegado cedido, con una opción de compra, y espera poder seguir en el conjunto perico.