El Espanyol dio la cara en el Bernabéu ante un Real Madrid que sigue sumando sus partidos por victorias. Los de Manolo González cayeron 2-0 por dos genialidades de Éder Militao y Kylian Mbappé. Siempre dentro del partido, en los últimos 15 minutos de partidos, los de Xabi Alonso pudieron quedarse con un menos por una jugada temeraria de Franco Mastantuono.
Corría el minuto 74 y el extremo argentino generó la polémica. En un acción Carlos Romero, Mastantuono levantó la pierna, más de lo necesario, para disputar un balón y terminó impactando los tacos de su bota en la cabeza del lateral izquierdo del Espanyol. Ante esta jugada, se pidió la roja directa, pero finalmente fue amonestado con amarilla por Martínez Munuera por «derribar a un adversario en la disputa del balón de manera temeraria». Así lo refleja el colegiado en el acta para demostrar el porqué de esa sanción.
Aun así, Carlos Romero dejó una de las imagenes del partido. Tuvo que ser atendido por los servicios médicos del Espanyol desde el césped para limpiarle la sangre que tenía en su rostro. Finalmente se quedó en un susto, pero desde el VAR no se reaccionó, mientras se tendría que haber reaccionado, tal y como explica ‘Archivo VAR’.
🖥️💥 El VAR perdonó la expulsión a Mastantuono.
— Archivo VAR (@ArchivoVAR) September 20, 2025
👉🏻 El argentino eleva la pierna en exceso e impacta con los tacos en la sien de Carlos Romero, abriéndole una brecha.
❌ 𝗘𝗦 𝗥𝗢𝗝𝗔 𝗗𝗜𝗥𝗘𝗖𝗧𝗔.
▪️ La acción que pone claramente en peligro la integridad física del lateral. pic.twitter.com/AHWaKCCqAA
«El argentino eleva la pierna en exceso e impacta con los tacos en la sien de Carlos Romero, abriéndole una brecha. Es roja directa. La acción que pone claramente en peligro la integridad física del lateral», explica ‘Archivo VAR’ en su cuenta de ‘X’.
La acción que le tocó sufrir a Carlos Romero se vio en la jornada 1 de LaLiga de una forma similar. Vedat Muriqi, delantero del RCD Mallorca vio la roja directa por elevar la pierna y terminar golpeando a Joan García, ahora portero del FC Barcelona, en su cara, que acabó con un chichón y sin ver nada de sangre.