Óscar Arroyo vivirá un partido especial en la Copa del Rey. El lateral derecho, que a sus 30 años de edad está jugando en el UD Barbastro, se formó en el fútbol base del Espanyol, donde entró para integrarse en el Alevín B y se marchó cuando le tocaba dar el salto al filial, puesto que vio que se le cerraban las puertas y el Real Madrid mostró mucho interés en él. “Nunca habría pensado que con 30 años jugaría contra el primer equipo del Espanyol. Es una felicidad enorme”, explicó el futbolista, natural de Tossa de Mar y uno de los primeros integrantes de la actual Residencia Josep Manel Casanova. “Debe estar muy cambiada, recuerdo que había veces que teníamos que dormir en las clases”, rememora un futbolista que ya se midió al primer equipo blanquiazul en la pretemporada 2022-23, cuando jugaba en las filas de una Real Balompédica Linense que venció por 0-1 en Marbella.
Para Óscar Arroyo, el partido del martes es “una ilusión”, pero tiene claro que “la prioridad es la liga” y, en cuanto al duelo contra el Espanyol, que hay “una gran diferencia. Hemos de ser realistas, hay muchas categorías de por medio y eliminar a un Primera pasa cada mucho”. La UD Barbastro ya lo hizo el pasado curso, pero él no estaba todavía en la plantilla: llegó en el mercado de invierno. Pero, a pesar de su dosis de realidad, deja opción a la sorpresa. “A un partido puede pasar de todo, hay mucha emoción. Lo que sí que tendremos es más ilusión que el Espanyol”, indicó a ‘El 1900’. Y no solo el equipo, sino toda la localidad. “Todo el pueblo se junta con el equipo, es otra cosa. Hay mucha ilusión, han puesto gradas supletorias y cabrán unas 4.000 personas; en la primera ronda ante el SD Amorebieta vinieron mil y en un partido de liga no hay más de 800 personas”. Se espera una fiesta en Barbastro, pase lo que pase.
Era de una quinta de nivel
Compartió Óscar Arroyo vestuario en el Espanyol con jugadores que han hecho carrera en la élite. Incluso formó parte de ese Juvenil A de Dani Poyatos que se proclamó campeón de liga y de Copa del Rey la campaña 2011-12. “Es el año que más he disfrutado en mi carrera, jugábamos de memoria y lográbamos goleadas ante equipos potentes. Es mi mejor recuerdo como perico, gracias a ese año pude ir al Real Madrid y a la selección española”, explicó a este diario. Ese Juvenil A a punto estuvo de levantar la Copa de Campeones, pero cayó por la mínima ante el Sevilla con un gol de un futbolista que les sonará: Jairo Morillas. Pau López, Germán Parreño o Eric Bailly formaban parte de esa quinta, y también compartió vestuario en la cantera blanquiazul con futbolistas como Sergi Darder, Rubén Duarte o Thievy Bifouma. “Era un poco personaje”, desvela sobre el francés, algo que el propio atacante ha confirmado con sus actos a lo largo de los años.
Pero no solo con este tipo de jugadores compartió equipo un Óscar Arroyo que ha tenido una larga carrera en categorías menores. En el fútbol base del Real Madrid coincidió con Raúl de Tomás. “Éramos muy amigos, siempre compartíamos habitación, también cuando íbamos con España. Ahora hemos perdido el contacto”, explica sobre RDT. Otros jugadores con pasado perico con los que estuvo, también en el tercer equipo blanco, fueron Mario Hermoso, “al que ya se le veía un gran nivel” y Mariano Díaz, mientras que en el filial del Valladolid estuvo con Fernando Calero. “Hizo una temporada increíble y al año siguiente estaba en el primer equipo”. No se reencontrarán al estar el de Boecillo lesionado, pero sí que lo hará con el equipo donde se formó. Un regalo.
1 comentario
Irse al Real Madrid, su gran error. Muchos otros lo cometen.