Recordaba en ‘El 1900‘ hace unos días Jordi Luengo que la pasada semana se cumplían ocho años del desembarco de Rastar Group en el RCD Espanyol, o lo que es lo mismo del empresario chino Mr. Chen, que se hizo con las acciones del expresidente Daniel Sánchez Llibre y sus allegados. En aquella época el grupo Genética Perica liderado por Sergio Oliveró, Néstor Oller y Jaume Ballester habían ofrecido a Dani el mismo precio que el magnate oriental, de hecho, ya habían logrado recaudar la suma de dinero suficiente para hacerse con el control de la entidad.
Sin embargo, Dani Sánchez Llibre decidió (todavía no sabemos los motivos) que la mejor opción era vender a Chen en una decisión que seguramente fue la peor que tomó como máximo accionista del club, al menos, para el futuro del Espanyol, a las pruebas me remito. Hemos de comprender que con la deuda galopante que tenía el club y los avales que habían depositado varias personas de la confianza de Sánchez Llibre es lógico y normal que tuviesen la necesidad imperiosa de vender. A menudo es muy fácil criticar, pero cuando has puesto en juego tu patrimonio personal para salvar al club de tus amores el asunto cobra otra perspectiva más pragmática y alejada de idealismos.
Dani Sánchez Llibre ha sido sin duda el mejor presidente de la historia del Espanyol con sus aciertos y sus errores, pero supo abrir el club al socio, se acercó como nadie a la masa social, incluidas las penyes. La Dani Jarque, un Centenario extraordinario, una cantera que era la envidia de toda España, dos Copas del Rey, una final de la UEFA, ni un solo descenso y la guinda del pastel que supuso la construcción del nuevo estadio.
No me pareció nada bien su elección de vender a un grupo chino en lugar de a unos señores con ADN perico. Dani Sánchez Llibre convive con ello, a pesar de que probablemente jamás lo reconozca en público, son muchas las críticas que recibe por aquel error fatal que fue el embrión del lamentable club que ahora tenemos y al no vivir en China se entera de todo. Aunque, tampoco debía esperar (ni él ni nadie) que la torpeza de Chen a la hora de gestionar el club iba a ser tan flagrante. No en vano el empresario fue recibido por la pericada como los simios de ‘2001 Odisea del Espacio’ cuando cayó el monolito a la tierra que habitaban.
Seguramente enmendar aquel dislate no esté ya en sus manos, pero seguro que su granito de arena puede poner. Si hay alguien que pueda convencer a Chen de vender es Dani Sánchez Llibre, por lo menos una parte del accionariado para que espanyolistas con posibilidades y ganas formen parte activa de la gestión.
Por el bien de todos: siéntense, hablen, discutan, pero pónganlo por delante de los egos y las rencillas personales, que son agua pasada el servicio al Espanyol. Si hay asunto en el que todos coincidimos es que algo tiene que cambiar y, no precisamente, para que todo siga igual.
