«Lo que puedo prometer es que el equipo saldrá a ganar en todos los partidos que quedan». Manolo González realizó una promesa y el Espanyol lo cumplió en el primer partido del gallego en el banquillo del primer equipo, pese a pasarlo sumamente mal en la segunda mitad. Los blanquiazules salieron a morder, con ganas de llevarse un duelo complicado y, en un encuentro en el que ya se vio claramente la mano del nuevo entrenador, sumaron un triunfo importantísimo. Y eso que le tocó lidiar con varios problemas, entre los que se encontró un nefasto Arcediano Monescillo.
Pero no todo fueron buenas noticias, ya que Rubén Sánchez cayó lesionado y tuvo que pedir el cambio antes de la media hora de juego, Brian Oliván se retiró en la segunda parte por el mismo motivo y Martin Braithwaite no saltó al césped tras el descanso después de una mala caída que le provocó molestias en la rodilla. El máximo goleador de la categoría, lesionado; saltan las alarmas.
Un Espanyol intenso y directo
Un 4-1-4-1 que en ocasiones pasaba a ser un 4-2-3-1 o incluso un 5-3-2. Manolo González sacó a relucir toda su gama de dibujos tácticos e imprimió al Espanyol lo que necesitaba: mordiente, hambre y ganas de ser protagonista. Y hacerlo en un partido tan incómodo como el que se vivió ante el Real Zaragoza en La Romareda y en su debut demuestra que el equipo cree en él. Buena noticia.
Como lo fue la que llegó en el minuto siete, con un tanto de Javi Puado que llevó cien por cien el sello de Manolo González: desde el portero hasta besar las mallas rivales. Pura poesía visual para el de Fogoso de Caurel.
La intensidad en los pericos no decayó e incluso hubo momentos en los que parecía que el partido se ensuciaba fruto del entusiasmo que estaban imprimiendo los blanquiazules a sus acciones. Pero lo cierto es que el Espanyol logró aguantar al Real Zaragoza con sus líneas bien posicionadas y buscó portería rival de manera constante.
Saben sufrir
Con lo bien que pintaba la primera parte y lo que había gustado el planteamiento de Manolo González, lo que se complicó la segunda. El Real Zaragoza presionó arriba tras el descanso, dio un paso al frente y pasó a mandar sobre el verde.
El Espanyol sufrió mucho y mostró que también lo sabe hacer. Los locales tuvieron el gol en varias ocasiones y encerraron a los blanquiazules, que lo pasaron verdaderamente mal. Francés, en un testarazo que Pere Milla sacó bajo palos, Bakis con una semivolea que se fue arriba y Francés de nuevo en un remate que se marchó por poco tuvieron el gol.
Pero el Espanyol se defendió con uñas y dientes a pesar de que lo tenía todo en contra y sumó tres puntos vitales para seguir en la lucha por el ascenso directo. La era Manolo González comienzo de la mejor manera posible.
Ficha técnica:
Real Zaragoza: Edgar Badía; Mouriño, Jair, Francés, Lecoeuche (Fran Gámez, 90’+1); Francho (Marc Aguado, 86′), Toni Moya; Germán Valera (Manu Vallejo, 86′), Maikel Mesa, Mollejo (Liso, 66′); y Bakis (Iván Azón, 66′).
Espanyol: Joan García; Omar El Hilali, Cabrera, Víctor Ruiz (Sergi Gómez, 72′), Brian Oliván (Óscar Gil, 79′); Gragera; Rubén Sánchez (Jofre, 27′), Aguado (Nico Melamed, 71′), Keidi Bare, Puado; y Braithwaite (Pere Milla, 46′).
Goles: 0-1, Puado (7′)
Árbitro: Arcediano Monescillo (comité castellanomanchego). T.A.: Brian Oliván (31′), Víctor Ruiz (37′), Joan García (58′), Omar El Hilali (69′)
Incidencias: La Romareda. 29.468 espectadores.